La coalición de unidad nacional que preside desde febrero de 2021 entró en crisis la semana pasada después de que el M5S decidiera no votar una moción de confianza, desmarcándose del resto de socios, lo que “obligó” a Draghi a presentar su dimisión, “congelada” hasta hoy.
Ahora, el ala derechista de la coalición, formada por la conservadora Forza Italia de Silvio Berlusconi y la ultraderechista Liga de Matteo Salvini, ha rechazado continuar gobernando con M5S dado que es el partido que ha provocado esta situación.
“El centroderecha está disponible a un nuevo pacto de Gobierno y seguirá dando su contribución para resolver los problemas de Italia sólo con un nuevo Ejecutivo, guiado por Mario Draghi, sin el M5S y profundamente renovado”, avisaron Berlusconi y Salvini en una nota conjunta tras reunirse en la mansión romana del magnate.
El problema reside en que al inicio de la sesión parlamentaria el primer ministro se propuso para seguir gobernando y agotar la legislatura en marzo de 2023 pero “reconstruyendo” la coalición, en la que están todos los partidos menos los ultras de Giorgia Meloni.
Esta divergencia -entre la voluntad de Draghi de repetir fórmula y la negativa de la derecha a hacerlo- podría complicar sobremanera la continuidad del Ejecutivo.
Paradójicamente, M5S tendió la mano al Gobierno al asegurar que no era su intención tumbar la coalición, sino modificar un decreto contra la inflación cuyo contenido provocó la ruptura.
“Quiero inmediatamente asegurar que no encontraréis jamás un M5S que haga caer un Gobierno en base a sus intereses electorales”, prometió en el Senado uno de sus senadores, Ettore Licheri.
El líder del M5S, Giuseppe Conte, primer ministro en el inicio de la pandemia, ni siquiera ha logrado consensuar una línea común en su partido, marcado por las escisiones y la pugna entre facciones.
Draghi por el momento puede contar con el apoyo férreo de la izquierda, del Partido Demócrata (PD) y Libres e Iguales (LeU).
La incógnita reside en qué hará el primer ministro en caso de que, como parece, no logre recoser su coalición y sanar las diferencias entre el ala derechista y el Cinco Estrellas. Pues se podría dar un escenario en el que M5S vuelva a apoyarlo y la derecha le retire su respaldo por la presencia de esa formación.
El Senado italiano vive una jornada maratoniana ya que, después de esta primera parte de intervenciones matutinas, aún falta la ronda vespertina en la que cada grupo anunciará su intención de voto en una moción de confianza con la que Draghi medirá su apoyo.
Tras la ruptura del pacto gubernamental, el pasado jueves, el primer ministro presentó su dimisión al jefe del Estado, Sergio Mattarella, quien sin embargo la rechazó y le emplazó a solucionar la crisis en el Parlamento hoy.
En los últimos días, el expresidente del Banco Central Europeo recibió el apoyo de sindicatos, patronales, de la influyente iglesia católica y de innumerables asociaciones para que se mantuviera en el cargo dada la crisis económica, energética y social vigente.
En caso de que Draghi no logre revalidar su coalición, ni se conforme con una mayoría en la Cámara Alta, podría volver ante el presidente Mattarella para insistir en su dimisión.
En caso de que esta vez sea aceptada, el jefe del Estado valoraría si encargar a otro técnico la formación de un Ejecutivo o si da la legislatura por zanjada antes de su término natural, en marzo de 2023, y adelantar elecciones. EFE