Para combatir complicaciones de la diabetes mellitus como daño a diversos órganos, principalmente ojos, nervios, riñones, corazón y vasos sanguíneos, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) aplica la estrategia de educación para el autocuidado a través de la cual recomienda acciones diarias encaminadas a controlar esta enfermedad y a mejorar su calidad de vida, informó el director general, Pedro Zenteno Santaella.
La nutrióloga de la Escuela de Dietética y Nutrición (EDN) Fernanda Peña López, explicó que la diabetes provoca concentraciones de glucosa o azúcar en sangre muy elevadas, “la glucosa viene directamente de los alimentos que consumimos todos los días, esto quiere decir que la alimentación es la base exclusiva del control de la diabetes”.
Destacó que el principal nutrimento que eleva el azúcar en la sangre y cuyo consumo debe ser con moderación en pacientes con diabetes son los hidratos de carbono presentes en papas, arroz, espagueti, sopas de pasta, cereales de caja, entre otros.
El azúcar se encuentra en la miel, refrescos, jugos de caja y naturales, bebidas energizantes y en las frutas, por lo que es muy importante no exceder las raciones recomendadas por la persona especialista en nutrición y preferir siempre comerlas con cáscara.
Otro elemento que ayuda a mantener la diabetes estable por más tiempo es una dieta alta en alimentos que contengan fibra. Este componente se encuentra en productos como cereales de granos enteros, verduras, frutas y leguminosas.
Enfatizó la importancia de acompañar la fibra con un buen consumo de agua, ya que es necesaria para su hidratación y contribuir a la digestión adecuada.
Es importante —acotó la nutrióloga— limitar o eliminar grasas saturadas como mantequilla y crema de vaca, que están presentes en embutidos y alimentos ultraprocesados, “incluso pan y galletas que suelen consumirse con frecuencia y, si vamos juntando todos los poquitos de estos productos a lo largo del día, puede que nuestra alimentación no sea tan buena”.
Al cocinar sugirió preferir alimentos cocidos, asados, horneados o al vapor, en vez de fritos o empanizados; reducir la sal añadiendo especias para mejorar el sabor, y evitar productos enlatados con alto contenido en sodio.
En cuanto a las proteínas y productos de origen animal como carne, pollo, pescado, leche, yogurt y queso, sugirió comerlos con moderación y de acuerdo con las recomendaciones personalizadas del especialista en nutrición.
Llevar una alimentación variada, rica en vegetales de todos los colores que incluya por ejemplo: brócoli, pimiento morrón, berenjena, calabacitas, zanahoria y lechuga, es una excelente alternativa, comentó.
En el caso de bebidas como café o té, reducir o evitar azúcar añadida o suplirla por edulcorantes, de acuerdo con su equipo de salud.