Al momento de construir un buen texto, hay muchos factores que tienen influencia. Además, hay determinados elementos que permiten enriquecer la experiencia y mejorar la forma en la que se conectan las ideas entre sí.
Estos elementos que ordenan las ideas en el texto son los conectores discursivos. Su funcionamiento es muy particular, ya que puede derivar en cierto concepto que se daba como preconcebido o puede funcionar de manera opuesta, con lo que se descartan otras ideas y se va configurando un mapa mental tanto en quien produce el texto como para quien lo lee.
A su vez, también hay una barrera que presenta el lenguaje para comunicar correctamente las ideas que quiere producir el hablante y que el lector pueda comprenderlas de la forma más fiel posible. Cada persona se acerca a un texto con expectativas y conocimientos del mundo previo. Por lo que, si el lector no sabe de qué está hablando el autor (y el texto no puede explicarlo claramente), las ideas nunca llegarán a transmitirse de una forma completa y correcta. Es por estos motivos que, a continuación, te contaremos cómo funcionan los modos discursivos y de qué manera se pueden emplear mejor los conectores.
Conectores discursivos dentro de la oración
Se recomienda que, para que el texto sea de lectura más simple, las oraciones deben ser cortas y tener una sintaxis bien ordenada. Por sintaxis bien ordenada, se comprende primero el sujeto, luego el verbo y, finalmente, los complementos. Aunque también pueden tener modificadores oracionales previamente. Un ejemplo simple es el siguiente:
- Como el día está soleado, Juan decidió salir a caminar al parque.
- El modificador oracional sería “como el día está soleado”.
- El sujeto es “Juan”.
- El verbo es “salir a caminar”.
- Y el complemento es “al parque”.
Si se quisiera emplear un modificador oracional, debería haber más de 1 idea por oración, lo que no es muy recomendable. Pero se puede observar un ejemplo en la siguiente oración:
- El día está soleado, por lo tanto, Juan decidió salir a caminar al parque.
En este caso, “por lo tanto” encadena las dos ideas a modo de causa – consecuencia. El contenido de ambos ejemplos es básicamente el mismo, pero la forma en la que se ordenan las ideas es diferente. A fin de enriquecer un texto, se pueden alternar las formas de presentar la información y de ordenar las ideas en las oraciones.
Conectores discursivos entre una oración y otra
Las oraciones se pueden relacionar de dos maneras, por contraste o por adición. Esta siguiente oración es un ejemplo de adición con respecto a la oración anterior. Esta oración añade información a las anteriores, e incluye el conector “así como también”.
Por su parte, las oraciones que contrastan entre sí dentro de un mismo párrafo presentan dos ideas opuestas sobre un mismo tema o quizá también matices diferentes de una misma idea. De manera que pueden entrar en el mismo párrafo, pero no se mantienen exactamente en la misma línea. Un ejemplo de este contraste puede ser el siguiente:
Los mamíferos terrestres suelen estar cubiertos por pelos. Sin embargo, hay mamíferos terrestres lampiños, como los hipopótamos y las ratas topo.
En este ejemplo, el párrafo compuesto por 2 oraciones habla únicamente de los mamíferos terrestres. Pero hay dos ideas contradictorias que deben diferenciarse entre sí en diferentes categorías a partir del conector “sin embargo”.
Conectores entre párrafos
Estos conectores probablemente son más difíciles de usar, ya que muchas personas que no tienen experiencia con la redacción no saben cuándo se debe separar una idea de otra y cómo se deben construir los párrafos. Para que la construcción mantenga la coherencia en todo el texto, cada párrafo debe contener una idea cerrada en sí misma y, por lo menos, debe tener unas 2 oraciones. De lo contrario, se trataría de un “párrafo oración”, que es un error muy común en la redacción. Asimismo, hay relaciones de adición y de contraste entre un párrafo y otro que se profundizan a través de los conectores.
Los tipos de conectores que existen son los siguientes:
- Aditivos y de precisión o particularización: ya los explicamos.
- Adversativos y contraargumentativos: ya los explicamos.
- Concesivos: conceden una cierta condición frente a una situación. Algunos ejemplos son “así y todo”, “aun así”, “de todas formas”. Funcionan como contraste.
- Consecutivos e ilativos: “en consecuencia”, “por lo tanto”, “entonces”, etc. Demuestran una relación de causa consecuencia.
- Explicativos: “a saber”, “es decir”, “o sea”, etc. Funcionan como de adición, especifican más información sobre lo que se explica.
- Reformuladores: “en otras palabras”, “puesto en otros términos”, “dicho de otro modo”, etc. Funcionan también como de relación de adición, pero agregan un matiz diferente a lo ya mencionado.
- Rectificativos: “mejor dicho”, “más bien”, “por mejor decir”. La relación puede ser de adición o de contraste dependiendo del contexto. De todas maneras, se recomienda ser claro en un principio y evitar reformulaciones y vueltas sobre un mismo tema.
- Recapitulativos: “a fin de cuentas”, “en conclusión”, “en fin”, “en definitiva”, etc. Retoman la información mencionada previamente y le da un cierre. Es una relación de adición más compleja, ya que se suma a la totalidad del texto y no solo al párrafo anterior.
- De ordenación: “en primer/segundo/tercer lugar”, “en principio”, “luego”, “a continuación”, “para finalizar”, etc. Estos conectores se pueden emplear en un texto como una receta o manuales con indicaciones.
- De apoyo argumentativo: “pues bien”, “dicho esto”, “puesto en estos términos”, etc.
- De digresión: “dicho sea de paso”, “a própósito”, “asimismo”, “a su vez”, etc. Agregan información adicional que es secundaria al tema principal que se viene tratando.
En conclusión, aprender a usar los conectores le da una gran riqueza al texto y permite tener una mejor redacción. También permite expresar las ideas de una forma mucho más compleja y completa, de manera que se pueden transmitir las ideas de una forma clara que el lector comprenderá si cuenta con las competencias necesarias para interpretar correctamente el texto.