-
El retorno del PRI, lección aprendida
El Partido Revolucionario Institucional ha regresado. Le bastaron 6 años para recuperarse de la derrota electoral de 2016, en la que un expriista, postulado por el PAN, su gran adversario, acabó con la hegemonía del tricolor en la entidad. Evidentemente, los tiempos han cambiado, el Ambiente Político unió a los antagónicos, para evitar que una expriista pintara de guinda al estado. Paradójicamente, parece que el PRI está destinado a enfrentarse a sí mismo de una manera o de otra, ya que el ahora “enemigo común” de la oposición, está plagado de expriistas. Sin embargo, la institucionalidad del tricolor es más que un elemento distintivo, pues su regreso, no solo se trata del triunfo en las urnas del que tanto se ha hablado, sino de la recomposición misma de un partido que aprendió la lección, reencontrándose con las causas que algún día olvidó.
El primer encuentro priista 2023, celebrado hace algunos días, no fue cualquier evento. Las lecturas del cónclave tricolor son muchas. Con la lealtad como su principal ingrediente, la salutación del Jefe Político, Esteban Villegas, frente a toda la militancia integrada por quienes se mantuvieron firmes en sus filas, y aquellos que regresaron arrepentidos, representa un retorno con gran fuerza en este territorio, que se dibuja como un oasis en medio del escenario nacional, el cual no resulta ser muy favorecedor para ningún partido opositor al actual sistema. Ese PRI que hace 6 años perdió casi todo, conservó la disciplina institucional que quedó en sus estructuras, mismas que utilizó para levantarse de entre los escombros con una nueva visión, la visión de Villegas Villarreal, quien, ciertamente, agarró el timón y ha enderezado lo que le dejaron de “barco”, aunque sigue navegando en medio de la tormenta financiera heredada.
El priismo comandado por Arturo Yáñez Cuéllar, presidente del Comité Estatal, tiene perfectamente definido el rumbo. El cambio generacional en sus estructuras municipales es ya una realidad, pues a decir del propio Arturo, prácticamente todas las nuevas dirigencias, no rebasan los 35 años de edad, lo que supone una renovación absoluta, sin hacer a un lado la experiencia de las mujeres y hombres que fungieron como brigadistas en el rescate de sobrevivientes, luego de la tragedia electoral referida. En efecto, Esteban reconoció el “legado” de los exgobernadores en aquel desayuno dominical, pero también ellos, los exmandatarios estatales Ismael Hernández Deras, Jorge Herrera Caldera y Maximiliano Silerio Esparza, reconocieron en Villegas Villarreal al Jefe Político. Todos aprendieron la lección, y saben que no hay lugar a equivocaciones.
La fortaleza del PRI se está dando en todos los ámbitos, incluyendo sus sectores y organizaciones. En el Congreso del Estado, con Ricardo López Pescador como coordinador, son el Grupo Parlamentario con mayor número de legisladores; en el Cabildo capitalino, coordinados por Fátima González Huizar, igualmente es la fracción con mayor representación, pues además cuentan con Aly Gamboa como Síndico Municipal. Con Lety Herrera, gobiernan el bastión recuperado de Gómez Palacio, y desde luego, con Esteban Villegas, están al frente del Gobierno del Estado. Sin embargo, el proceso de reconstrucción no se ha acabado del todo. Es cierto, las labores de rescate han concluido, pero no es momento de guardar en el armario de la soberbia los picos y las palas. Es fundamental que el priismo no olvide la lección y en su retorno, recargue con humildad las baterías de sus linternas, pues está frente a una sociedad cada vez más crítica y más exigente.