París, 1 nov (Sputnik).- La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) presentó una denuncia por los crímenes de guerra cometidos contra los corresponsales en Palestina e Israel ante la Corte Penal Internacional (CPI), informó el secretario general del organismo, Christophe Deloire.
“La escala, la gravedad y el carácter recurrente de los crímenes internacionales contra periodistas, particularmente en Gaza, exigen una investigación prioritaria por parte del fiscal de la CPI. Hemos estado pidiendo esto desde 2018. Los trágicos acontecimientos actuales demuestran la extrema urgencia de la necesidad de que la CPI actúe”, dijo Deloire, citado por RSF.
La oenegé explicó que la denuncia fue “presentada ante la fiscalía de la CPI el 31 de octubre” y detalla los casos de nueve periodistas asesinados, así como otros dos heridos, mientras realizaban su trabajo desde el comienzo de la escalada de tensiones en el conflicto palestino-israelí.
En particular, se refiere a ocho corresponsales palestinos muertos “en bombardeos de las zonas civiles en Gaza por parte de Israel y a un periodista israelí que fue asesinado el 7 de octubre mientras cubría un ataque a su kibutz por parte de (el movimiento islamista) Hamás”.
En total, según el recuento de la institución, 34 periodistas fueron asesinados desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás, de los cuales murieron al menos 12 en el curso de su trabajo: 10 en Gaza, uno en Israel y otro en el Líbano.
Asimismo, la RSF señaló en la denuncia “la destrucción deliberada, total o parcial, de las instalaciones de más de 50 medios de comunicación en Gaza”.
La RSF pidió a la CPI que clasifique la muerte de los periodistas como crimen de guerra y lleve a cabo una investigación.
Está es la tercera denuncia desde mayo de 2018 que la organización presenta ante la CPI en relación con los crímenes de guerra contra los periodistas palestinos en Gaza.
El pasado 7 de octubre, el movimiento islámico palestino Hamás lanzó miles de cohetes desde la Franja de Gaza en un ataque sin precedentes y realizó una incursión armada en las zonas fronterizas del sur de Israel, por lo que el primer ministro del Estado judío, Benjamín Netanyahu, declaró que el país “está en guerra”.
En respuesta al ataque sorpresa de Hamás, el Ejército israelí movilizó a 300.000 reservistas, lanzó varias oleadas de ataques aéreos y el 28 de octubre Netanyahu anunció que las tropas israelíes atravesaron las puertas de Gaza y procedieron a la segunda fase de la guerra para destruir la infraestructura de Hamás y recuperar a los rehenes.
Desde el 9 de octubre Israel mantiene el enclave palestino sin provisiones básicas, si bien el día 16 reinició el suministro de agua para el sur de Gaza, adonde se desplazan estos días cientos de miles de civiles.
Numerosos países llamaron a Israel y Hamás a detener las hostilidades y negociar un alto el fuego. También se multiplican las voces a favor de una solución de dos Estados como única vía posible para lograr una paz duradera en la región.
Las hostilidades han causado hasta la fecha más de 1.400 muertos y casi 5.500 heridos en Israel, y más de 8.500 muertos y unos 21.500 heridos en la Franja de Gaza, según los últimos datos disponibles. (Sputnik)