Poanas, Dgo.
Tanto la intervención de policías, como la reacción de los integrantes de una familia a la que intentaron extorsionar, fueron la clave para evitar que se consumara el delito que pretendían consumar vía telefónica.
De acuerdo a la información expuesta por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, todo inició a raíz de una llamada telefónica recibida por un joven originario de Villa Unión al que, con amenazas, lo obligaron a cambiar el chip de su teléfono celular.
Una vez que lograron ese primer objetivo, se pusieron en contacto con su madre y le advirtieron que, de no depositar una cantidad de varios miles de pesos, le causarían daño al muchacho.
La fémina, como marca el protocolo, colgó la llamada y se comunicó al número de emergencias explicando la situación. A su domicilio fue enviada una unidad de la Policía Estatal.
Los agentes le explicaron la coincidencia de lo descrito con un intento de extorsión, e incluso un oficial respondió la siguiente llamada realizada por los delincuentes, que colgaron cuando el agente se identificó como tal.
El muchacho, por otra parte, pensó bien las cosas y colocó el chip original a su teléfono e hizo contacto con su familia, con la que se reunió sin mayores complicaciones un rato después.