La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) realizó un estudio de mercado al arranque de esta Cuaresma sobre el costo de los pescados y mariscos más consumidos en esta temporada, encontrando los siguientes precios por kilogramo:
Camarón crudo desde $295.00 hasta $430.00; camarón pacotilla desde $280.00 hasta $335.00; surimi desde $175.00 hasta $188.00; mojarra desde $134.00 hasta $142.00; pulpo desde $280.00 hasta $380.00; salmón desde $390.00 hasta $490.00; sierra desde $180.00 hasta $226.00; huachinango desde $270.00 hasta $331.00; medallón de atún desde $285.00 hasta $384.00.
Los primeros precios corresponden a los encontrados en mercados y centrales de abasto, mientras que los segundos reflejan los precios en supermercados.
Abastecerse de estos productos en el mercado o la central de abasto podría llegar a costar $2,265.00, lo que representa un aumento del 12% en comparación con el año pasado, cuando el costo era de $2,020.71. En supermercados, el ticket de compra se elevaría a $2,906.00, reflejando un incremento del 18% respecto a 2024, cuando el mismo surtido costó $2,461.06.
La Cuaresma en México es una tradición profundamente arraigada, con una fuerte huella cultural que imbrica lo religioso con la alimentación. Es un periodo de 40 días de preparación espiritual para vivir la Semana Santa, que comienza con el Miércoles de Ceniza (5 de marzo), pasando por el Domingo de Ramos (13 de abril) y el Jueves Santo (17 de abril) para dar paso a Viernes Santo (18 de abril), Sábado de Gloria (19 de abril) y Domingo de Resurrección (20 de abril).
Durante este tiempo de reflexión, los creyentes practican el ayuno, la oración y la limosna, además de abstenerse de consumir carne roja el Miércoles de Ceniza y todos los viernes durante ese periodo de introspección.
Ante esta escalada de precios, muchas familias se ven forzadas a reducir el consumo de mariscos o modificar su manera de incluirlos en el menú cuaresmeño. Lo que antes era un platillo central, ahora lo convierten en una guarnición o sirven porciones más pequeñas para ajustarse al presupuesto familiar.
Las amas de casa recurren a su creatividad para preparar platillos sin proteína de mar, optando por ingredientes más accesibles como legumbres, quesos y una gran variedad de vegetales. Recetas como las lentejas, los nopales en diferentes presentaciones, los chiles rellenos de queso o atún, el caldo de habas y las tortitas de papa o de atún se vuelven alternativas deliciosas.
“La Cuaresma es también un reflejo de la dinámica del mercado mexicano, el hecho de que los consumidores ajusten sus hábitos de compra y busquen alternativas para seguir con sus costumbres demuestra que, a pesar de las dificultades económicas, las familias mexicanas siguen dando prioridad a sus tradiciones, esto al considerar que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó un repunte de la inflación a 3.77% al cierre de febrero”, declaró Rivera.