La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) indicó que las medidas regulatorias de Estados Unidos han convertido a México de ser socio a rehén comercial del país vecino.
Semanas atrás, Estados Unidos y Canadá entraron en una nueva etapa ríspida de su relación comercial. Canadá impuso un impuesto del 3% a los servicios digitales, afectando principalmente a empresas estadounidenses, y la respuesta de Estados Unidos no se hizo esperar con un arancel del 35% a las importaciones canadienses, anunciando también aranceles del 30% a productos mexicanos, ambos entrando en vigor el 1 de agosto. “Con ello podemos inferir, sin temor a equivocarnos, que la suerte del TMEC está echada, al perder su vigencia”, sentenció Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Además, Estados Unidos declaró que los aranceles podrían modificarse, al alza o a la baja, según la relación que guarde con cada país; es decir, la era de los acuerdos comerciales ha quedado atrás, ahora las reglas del juego cambian todos los días, según cómo se vayan dando las cosas.
“De tal suerte que deberemos enseñarnos a llevar nuestra economía con plena incertidumbre, en la inmediatez, sin planes de largo plazo. La incertidumbre es el arancel más caro del mundo, hemos dejado de ser socios y nos han convertido en rehenes comerciales”, afirmó.
Esta nueva forma de hacer negocios va a afectar a las economías más débiles y buscará dar ventaja a las economías dominantes; sin lugar a duda es un golpe de mesa de Estados Unidos contra el mundo en busca de recuperar su hegemonía y liderazgo.
Otro agravio es la pretensión de imponer un impuesto del 21% al tomate mexicano con el objetivo de dar ventaja al tomate de Florida, sin que importe que el de Sinaloa es de mejor calidad y mejor precio. Este arancel afectará a los hoteles, restaurantes y consumidores en general de ambos países.
Este tipo de medidas podrían extenderse a otros productos en donde México lleva ventaja comercial, como aguacate, frutos rojos, nueces y semillas, entre otros. La intención de toda esta trifulca arancelaria es dar ventaja a los productores estadounidenses y dejar en desventaja a los mexicanos.
Si se ve la fotografía completa, se tiene que hablar también del arancel del 1% a las remesas a partir del 1 de enero, cuya afectación asciende a la cantidad nada menor de 640 millones de dólares aproximadamente.
El cobro del 1% a las remesas que empezó con una amenaza del 3.5%, aranceles de 50% al acero y aluminio, 25% a automóviles y autopartes, 21% a tomate y próximamente 30% a múltiples importaciones y 50% al cobre, es el parte de esta guerra comercial sin sentido, injusta y asimétrica, expuso.
Frente a este escenario consideró que México necesita replantear su estrategia comercial y fortalecer su mercado interno. “No podemos seguir expectantes ante un vecino que amanece amenazando con aranceles y sueña con invasiones. Se requiere claridad de rumbo, unidad nacional y una política que apoye a los consumidores más vulnerables, a los productores y pequeños comerciantes que conforman el piso de nuestra sociedad”.