- Es un acto de justicia histórica, cultural y espiritual para los pueblos originarios: Diputado.
El diputado Bernabé Aguilar Carrillo celebró con orgullo y emoción la reciente inscripción de la “Ruta Wixárika” por los Sitios Sagrados de Wirikuta en la Lista del patrimonio mundial de la UNESCO, al considerarlo un acto de justicia histórica, cultural y espiritual para los pueblos originarios de México.
Desde el Congreso del Estado, Aguilar Carrillo reconoció que este logro representa el testimonio vivo de la lucha, resistencia y profunda espiritualidad del pueblo wixárika, que durante siglos ha recorrido esta ruta sagrada como parte de su cosmovisión, identidad y vínculo con la tierra.
“Wirikuta no solo es un territorio; es un espacio de cultura milenaria y saberes ancestrales que hoy se preservan con mayor fuerza y dignidad para las futuras generaciones”, expresó.
El integrante del Grupo Parlamentario de Morena, destacó que este reconocimiento internacional ha sido posible gracias al trabajo conjunto de comunidades indígenas, académicos, activistas, organizaciones civiles y al acompañamiento del gobierno de la Cuarta Transformación, primero con el presidente Andrés Manuel López Obrador y ahora con la presidenta Claudia Sheinbaum, quienes han asumido como prioridad la defensa de los derechos de los pueblos originarios.
Asimismo, subrayó la relevancia del plan de justicia impulsado por el gobierno federal, que incluyó en 2023 el decreto presidencial que reconoce como sitios sagrados espacios fundamentales para la espiritualidad wixárika, como el Cerro Gordo (Jaurramán) en el estado de Durango.
El diputado enfatizó que este logro internacional impone una corresponsabilidad colectiva. “No basta con celebrar; debemos garantizar que la Ruta Wixárika y los sitios sagrados sean protegidos y respetados”, sostuvo.
Finalmente, hizo un llamado a cancelar todas las concesiones mineras y agroindustriales autorizadas durante los gobiernos neoliberales en zonas sagradas como Real de Catorce, San Luis Potosí, que representan una amenaza para el equilibrio espiritual y ecológico del pueblo wixárika.