Este 29 de septiembre la Iglesia Católica celebra a San Miguel Arcángel, una de las figuras más veneradas dentro de la tradición cristiana, considerado el protector por excelencia contra las fuerzas del mal y el jefe de las milicias celestiales. Su nombre, que en hebreo significa “¿Quién como Dios?”, refleja la misión que se le atribuye: defender la fe y la justicia divina.
La representación de San Miguel Arcángel se ha convertido en un ícono universal de la lucha entre el bien y el mal. En su imagen más difundida, aparece:
Con armadura de guerrero, que simboliza la fortaleza y la protección espiritual. Portando una espada o lanza, con la que vence al demonio, recordando su papel como defensor del cielo en la batalla descrita en el Apocalipsis. Un escudo, emblema de fe y resistencia ante las tentaciones y pruebas. Ala extendida y túnica luminosa, que representan la pureza celestial y su condición de mensajero de Dios. El demonio vencido bajo sus pies, signo de su victoria sobre la soberbia y el mal.
San Miguel es patrono de policías, soldados, paracaidistas y de quienes buscan protección en momentos de dificultad. En México, comunidades rurales y urbanas realizan misas, procesiones y danzas tradicionales para honrarlo, especialmente en templos dedicados a su advocación.
Además de su fuerza espiritual, la devoción a San Miguel Arcángel ha trascendido lo religioso para convertirse en un símbolo cultural, inspirando obras de arte, música y festividades populares.
Con su figura imponente y su mensaje eterno de defensa de la fe, San Miguel Arcángel sigue siendo uno de los santos más queridos y celebrados en el mundo cristiano, recordando a los creyentes que el bien siempre prevalece sobre el mal.