Por Contacto Hoy
Durango volverá a enfrentar un año cuesta arriba. Aunque en el papel el Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 contempla un aumento para el estado —al pasar de aproximadamente $40,163 millones en 2025 a $42,994 millones para 2026— el incremento real es apenas del 3.4%. Es decir: la inflación proyectada para el próximo año termina por neutralizar el supuesto beneficio.
En términos simples: llegará más dinero, pero alcanzará para menos.
El mayor incremento se concentra en las Participaciones del Ramo 28, que son recursos de libre disposición para Estado y municipios. Estas suben casi 10% real, una cifra que podría sonar positiva. Pero no es dinero diseñado para infraestructura; sirve para operación básica: pagos, servicios, gasto corriente, nóminas.
Mientras tanto, el rubro clave para desarrollo de obra social, salud y educación —el Ramo 33 (Aportaciones)— tiene una caída real de −1.7%.
Con inflaciones estimadas alrededor del 3.8%, el aumento del 3.4% queda desfasado.
Habrá menor capacidad para mantenimiento de carreteras, escuelas y hospitales. Aplazamiento de proyectos nuevos por encarecimiento de materiales. Municipios presionados a operar “con lo justo”.
Incluso diputadas federales han advertido que Durango no quedó bien posicionado en el reparto del presupuesto y que el incremento es insuficiente frente a las necesidades del estado.
El único proyecto fuerte de inversión catalogado en 2026 es Presa Tunal II, con una asignación por $1,600 millones, necesaria para la crisis de agua. Si bien es una obra estratégica, concentra prácticamente todo el margen de inversión federal.
El resto de los programas federales que pudieran impactar infraestructura tienen variaciones mínimas o incluso reducciones en términos reales.
Si en 2025 los municipios ya enfrentaban dificultades para ejecutar obra pública, 2026 será más restrictivo aún. Con recursos que no superan la inflación, se profundiza un modelo de supervivencia financiera, no de crecimiento.
“Si no había inversión antes, ahora menos. 2026 no traerá desarrollo, trae administración del deterioro.” — análisis interno de especialistas.
Durango se verá obligado a priorizar gasto operativo sobre obra; a decidir entre mantener lo que ya existe o dejar que se deteriore, pues no habrá margen para nuevas inversiones.
