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¡Hay de “legados”, a “legados”!
Ahora que está tan de moda hablar de “legados”, todo indica que esa herencia “maravillosa” del Aispurato, sigue sorprendiendo a los duranguenses, pues en la cuenta pública de 2021, la Auditoría Superior de la Federación, encontró irregularidades por el orden de los 8 mil millones de pesos en la administración del de Tamazula, logrando de esta manera, a base de “esfuerzo y dedicación”, obtener el 2do lugar nacional entre las entidades más observadas, superados solo por Michoacán. Algunos quisieran que lo viéramos de forma positiva, pero es imposible. El legado de Aispuro es una millonaria burla, que un día sí, y el otro también, salta a la luz pública, mientras la duda carcome la mente de los duranguenses por saber: ¡¿dónde tiznados está todo ese recurso desviado?!, no se ve en obras; no se ve en materia de salud; no se entregaron participaciones a municipios; no hubo pago a maestros; no hubo pago a proveedores… ¡no se ve aplicado en nada!
Lo que sí se ve, es un daño terrible a las finanzas públicas, que ha aletargado el despegue de la actual administración estatal, en prácticamente todos los rubros. Lo que sí se ve, son las consecuencias mortales en la autorización del funcionamiento de unos hospitales particulares y el manejo de medicamentos en los mismos. Y lo que también se ve, es un durísimo golpe a la imagen de Acción Nacional, partido que postuló a un personaje que llegó con la espada desenvainada para “acabar con la corrupción”, y terminó por refinar las “malas prácticas”. El PAN está pagando caro por el tormentoso “legado” del Aispurato, sin posibilidad de enfrentar lo que se presenta hoy, porque mañana, seguramente, se presentará algo nuevo. Al blanquiazul no le queda más que “apechugar”, y lo más importante: exigir que se “llegue hasta las últimas consecuencias” en las investigaciones, para que al menos, ese lamentable “legado”, no quede impune.
En contraste, la administración de Durango capital a cargo de Jorge Salum, en el ejercicio 2021, no tiene un solo centavo observado. La información de la Auditoría Superior de la Federación, se resume en un buen manejo de las finanzas públicas del equipo de Salum del Palacio, en el que resalta la labor de Martha Ávila Lucero y Erika Ruiz, Contralora y Directora de Finanzas respectivamente, quienes fueron pieza clave para que el Gobierno Municipal anterior, entregara buenas cuentas a los duranguenses, dejando un legado que permitió que al llegar Toño Ochoa, se recibiera una administración financieramente sana, con la que hoy en día se están concretando importantes avances en acciones que se ven, primordialmente, en obras de pavimentación, eficiencia en los servicios públicos y cuidado del agua; queda claro, ¡hay de legados, a legados!
No debe ser fácil para el panismo, lidiar con las consecuencias que ha dejado el sexenio anterior, encabezado por quien Toño Morales llamó el “ratero más famoso de Durango”. A estas alturas, los calificativos empleados por aquellos que han alzado la voz, se quedan cortos. José Rosas ya tiene el pase para ingresar al Salón de la Fama de los Impresentables de apellido “N”, solo falta formalizar el clamor social. Por su parte, el PAN debe estar del lado de la ciudadanía, reconociendo todo aquello en lo que se han equivocado como partido, porque, después de tantos años en la lucha desde la trinchera opositora, es inadmisible que traten de defender el “legado” de su propio verdugo.