Garantizar el acceso a los servicios de planificación familiar a toda la población es un derecho de salud prioritario y es parte sustancial de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enapea) para disminuir embarazos no planeados, así como sus consecuencias de daño a la salud y efectos sociales, afirmó el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) Pedro Zenteno Santaella.
En el marco del Día Mundial de la Planificación Familiar, el titular del organismo señaló que el instituto refuerza y promueve estos servicios en sus unidades médicas de todo el país; el año pasado se otorgaron 617 mil 810 consultas y se captó a 268 mil 491 nuevos usuarios, como consta en el Anuario Estadístico del Issste 2021.
También, 20 mil 22 mujeres optaron por el dispositivo intrauterino; 158 mil 516 por métodos hormonales de tipo oral, inyectable, parche e implante transdérmico, y 407 mil 764 personas recibieron dotaciones de condones masculino y femenino. Por lo que respecta a métodos de planificación familiar definitivos, se realizaron 12 mil 890 obstrucciones tubarias bilaterales a mujeres y cuatro mil 501 procedimientos de vasectomía a hombres.
La ginecóloga y bióloga de la reproducción, encargada del Servicio de Planificación Familiar de la Clínica de Medicina Familiar (CMF) “Perú”, Cynthia Flor Coria García, explicó que estos métodos son de gran ayuda en la prevención de embarazos en adolescentes.
Añadió que se trata de un gran reto de salud pública, ya que México ocupa el primer lugar en recurrencia de embarazo adolescente dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE): en 2019, nuestro país registró una tasa promedio de 13.7 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años, información difundida por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Por otra parte, el alto riesgo que implica un embarazo en los dos extremos de la vida reproductiva -la adolescencia y mujeres de 38 a 45 años- aumenta las posibilidades de complicaciones para la salud y la vida de la paciente y del feto, precisó.
Recalcó que a la gestación en edades tempranas se suman efectos de tipo social, como abandono de la pareja, deserción escolar, dificultad para insertarse en el mercado laboral, estigmatización y reducción de oportunidades de desarrollo, entre otros.
La especialista en biología de la reproducción detalló que con el uso de preservativos masculino y femenino, también se limita la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS) como sífilis, virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) virus del papiloma humano (VPH) -considerada la ETS más frecuente en el mundo- así como hepatitis B y C, que pueden pasar asintomáticas por grades periodos.
En este sentido, señaló que es muy importante que la población tenga conocimiento sobre los diferentes métodos de planificación familiar y, por otro lado, que las instituciones promuevan y garanticen el acceso a los servicios.
Los servicios de planificación familiar en el instituto y en el sector Salud están disponibles para derechohabientes y población en general de 14 a 45 años. Aunque la edad reproductiva ideal es de los 25 a los 35 años, puede acudir cualquier mujer u hombre que desee cualquier método anticonceptivo o consejería en este campo.