- Ambiente Político por Eduardo Serrano
Una importante suma de factores le dieron la victoria a Mario Salazar Madera, quien asumirá las riendas del Comité Directivo Estatal del PAN en Durango, por los próximos 3 años. En los municipios donde se concentra el mayor número de militantes, Durango capital, Gómez Palacio, Santiago Papasquiaro y Lerdo, así como Guadalupe Victoria, Ocampo y Vicente Guerrero, Mario fue contundente, alcanzando una votación en todo el estado, superior a los 2 mil sufragios. El trabajo de liderazgos que lo acompañaron, Carlos Maturino, Londres Botello, Gaby Vázquez, Alejandro Mojica, José Luis López Ibáñez, Oscar Chávez y Diego Flores, entre otros, todos bajo la coordinación de Fernando Rocha, fue fundamental, pues en ellos la fortaleza es el contacto con la militancia, lo que ha sido determinante para que Mario Salazar construyera su triunfo. Y sin duda, la adhesión de Bernardo Loera, que llevó implícito el apoyo del alcalde Toño Ochoa, y de connotados panistas como Gina Campuzano, Malena y Paco González.
Sin embargo, para vencer los desafíos que Acción Nacional habrá de enfrentar en el 2024, el sucesor de Verónica Pérez deberá asumir dos retos fundamentales. El primero de ellos, es restablecer la unidad en el blanquiazul. Si bien es cierto, no fue un proceso que convulsionara al panismo, al calor de la contienda, se presentaron fricciones de forma natural, y una que otra declaración desafortunada. Indudablemente, Gerardo Galaviz en mancuerna con Diana Barraza, acompañado por liderazgos de la “vieja guardia”, presentó propuestas que entusiasmaron a un sector de la militancia, lo cual deberá ser tomado en cuenta por Salazar Madera, y con ello, dará constancia de que, en efecto, en el PAN todos caben, evitando que entre las grietas de la discordia, se asome el fantasma de la fractura.
La unidad panista deberá estar entrelazada a su fortalecimiento como oferta política. De nada sirve que se jacten de ser “inseparables”, si eso no se traduce en la construcción de cuadros competitivos, que lleven los valores que les imprimieron sus fundadores, como carta credencial para enfrentarse en las urnas. Además, con visión aliancista, el PAN debe fortalecer los lazos con el PRI y el PRD, sin que en esto se pierda su identidad, dado que, en el 2024, tendrán que buscar un voto “azul fuerte” que sume, y no un “azul bajito” que se cuelgue de sus aliados. El fortalecimiento del PAN, dependerá de la altura de miras con la que la nueva dirigencia encabezada por Mario Salazar, impulse a sus liderazgos, construya nuevos cuadros y además, vaya nutriendo sus bases de renovada militancia, que permita que se recupere la oxigenación partidista, que acabe con la “artritis política” que por momentos los mantuvo “tullidos”.
El panismo respondió al llamado “a la fiesta democrática”; participaron 3,264 militantes, -más del 60% del padrón blanquiazul-, deseosos de que Acción Nacional vuelva a sus orígenes. Mario Salazar supo construir su victoria desde antes de comenzar la contienda interna. Conoció las necesidades del panismo y propuso soluciones. Desempeñó un papel muy importante como secretario General, en los momentos clave del proceso electoral pasado. Tendrá el apoyo del alcalde Toño Ochoa, como primer panista; indudablemente, el respaldo del gobernador Esteban Villegas como jefe político en el Estado, y desde luego, el acompañamiento de Marko Cortés, su líder nacional, para dar resultados en 2024 y 2025, donde la unidad y el fortalecimiento, serán la base del Comité a cargo de Mario Salazar, el nuevo Jefe Estatal.