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Columna Sena de Negros por: Dionel Sena
Hace unos días, la coordinadora de los diputados de Morena en el Congreso del Estado, Sandra Amaya, dejó al descubierto, parte del legado de Galdino Torrecillas, quien durante el “Aispurato”, tuvo ante si, alrededor de 12 mil expedientes de ex trabajadores que habían sido despedidos y que demandaron a esa administración estatal, casualmente, la Consejería Jurídica del Estado que estaba a su cargo, perdió, por lo que la legisladora demandó -justificadamente- que se fincaran responsabilidades en contra de este personaje, el cual tuvo un papel protagónico durante el sexenio pasado, en especial cuando se actuó en contra de quienes se emprendió una persecución más de carácter política que otra cosa, por lo que era común verlo encabezando aquellas ruedas de prensa, plagadas de morbo, por cierto.
A decir de la propia Sandra Amaya, hace unos días, la Consejería Jurídica, pero de esta administración estatal, precisó que ya se estaban revisando los expedientes que en materia laboral, se habían heredado del sexenio anterior, en la idea de detectar en cuáles, se incurrieron en omisiones o actuaciones indebidas que provocaron un grave daño al erario estatal, producto de los casos que se perdieron de manera intencional, pues afirma la legisladora que, ahora se entiende el porque Galdino Torrecillas ya ni siquiera estaba en Durango, pues no se descarta que desde el cargo que ocupó, haya tejido una red de corrupción a partir de todo los casos que “perdió”, algo que como ya se expuso, deberá investigarse tope en donde tope.
Se debe aclarar que el daño no solamente sería privativo del “Aispurato”, pues amaga con extenderse también a este sexenio, pues como lo señaló la coordinadora de los diputados locales de Morena, a partir de todas las demandas que se “perdieron” durante la gestión de Galdino Torrecillas, los asuntos que se heredaron, estarían destinados a perderse de igual manera, por lo que la propuesta de Sandra Amaya, es llegar a acuerdos con los ex trabajadores o representantes legales de los demandantes, para que el daño al erario, no sea mayor y de esa manera, no cargar con esa herencia provocada por el multicitado ex funcionario, al cual tarde o temprano se le llamará a cuentas.
Aunque no se tiene una cifra oficial, se estima que fueron varios millones de pesos, los que se perdieron a partir de los laudos que casualmente se “cedieron” de manera altamente sospechosa, algo con lo que aún carga este sexenio y que seguramente, el gobernador Esteban Villegas Villarreal ya instruyó a que se llegue hasta las últimas consecuencias, pues un discurso que ha caracterizado su mandato, es que no se va a tolerar la corrupción, ni de quienes se fueron y mucho menos, de quienes están participando con él en la función pública, por lo que lo más seguro, es que no será lo último que escuchemos de este escabroso tema.
Al tiempo…