- Columna Sena de Negros por: Dionel Sena
A unos meses de que concluya la gestión del Presidente, Andres Manuel López Obrador, hay varios rubros en los que a pesar de la enorme votación alcanzada el pasado 2 de junio, no dejan de llamar la atención, por más que se diga que en este sexenio, las cosas se hicieron diferente, ahí está el caso de los homicidios dolosos, con los que ya se impuso un récord histórico, con más de 190 mil asesinatos, cifras que no se pueden maquillar y que hablan de una estrategia fallida en materia de seguridad.
Los datos aportados por el Secretariado Ejercutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de diciembre del 2018 a junio de este año, son fríos, pues 190 mil 098 personas murieron en el país, tras haber sido ultimados, es decir, un promedio de 93.8 personas por día, siendo las entidades más violentas: Guanajuato, Baja California, el Estado de México, Chihuahua, Jalisco, Michoacán y Morelos, en donde ningún gobierno – más allá de colores partidistas – pudo aminorar esos índices de violencia.
En un comparativo entre las tres últimas administraciones federales, llama la atención que la actual, tiene un 21.8 por ciento más de asesinatos que la de Enrique Peña Nieto que cerró con 156 mil muertes intencionales, mientras que en relación a la gestión de Felipe Calderón Hinojosa, la Cuarta Transformación cerró con un 57.8 por ciento más de muertes violentas, es decir, la del panista alcanzó los 120 mil asesinatos, lo que en su momento parecían cifras inalcanzables, luego de aquella fallida estrategia en materia de seguridad cuando se pateó el avispero.
Esta herencia maldita, la deberá tomar Claudia Sheinbaum, hoy presidenta electa de México, pues está claro que la estrategia de abrazos y no balazos, no funcionó como se pensaba y no se puede justificar con que solo los “malos” son los que pierden la vida, pues hay un daño colateral que tiene en luto a decenas de miles de familias en todo el país, mismas que en su mayoría, aún esperan se haga justicia por el asesinato de sus seres queridos, lo que no deja ser otro gran pendiente de esta administración federal, a la que solo le quedan tres meses.
La estrategia deberá ser diferente…