Durango, Dgo.
Un joven motociclista perdió la vida trágicamente la noche de ayer lunes al sufrir un aparatoso accidente sobre la carretera Durango-Zacatecas. El hombre, cuya identidad es aún desconocida, derrapó con su unidad a la altura del Panteón Raúl Flores y murió en el lugar del percance.
El lamentable incidente fue reportado aproximadamente a las 23:00 horas de ayer, 21 de julio de 2025, cuando transeúntes alertaron al número de emergencia 911 sobre una persona sin vida en el kilómetro 294 de la vía federal, justo enfrente del Panteón Raúl Flores.
De inmediato, acudieron al sitio elementos de la Cruz Roja Mexicana, personal de Vialidad y efectivos de la Guardia Nacional. Al llegar, las autoridades confirmaron la presencia del cuerpo sin vida de un hombre de entre 25 y 30 años de edad. Durante la revisión del cuerpo, no se localizó ninguna identificación que pudiera facilitar su reconocimiento oficial.
Como parte de la media filiación, se describió a la víctima con tez morena clara, cabello y barba. Vestía un short de gabardina color negro, sudadera verde con mangas azules y tenis negros con blanco. Su estatura aproximada es de 1.70 metros, de complexión delgada.
El occiso presenta tatuajes distintivos: uno de un rosario en el dorso de la mano izquierda, y otro con letras góticas que forman la leyenda “Durango” en la pantorrilla izquierda.
Las primeras investigaciones indican que el joven circulaba en una motocicleta marca Dinamo, de color negro, la cual no portaba placas de circulación ni se le observó número de serie. Se presume que el conductor perdió el control de la unidad, posiblemente por agotamiento o una distracción, lo que provocó que derrapara violentamente sobre el pavimento, dejando una huella de frenado de aproximadamente 20 metros.
La autoridad ministerial fue notificada y ordenó el levantamiento del cuerpo. Los restos fueron trasladados al anfiteatro del Servicio Médico Forense (SEMEFO) para la práctica de la necropsia de ley, que determinará con precisión la causa oficial del fallecimiento. Al ser una vía de comunicación federal, la Guardia Nacional se hizo cargo de la escena para las investigaciones pertinentes.