El acuerdo contempla liberación de rehenes y retirada parcial de tropas, y es presentado como un paso inicial hacia un cese al fuego permanente.
En un giro inesperado de los eventos bélicos que durante más de dos años han marcado el conflicto entre Israel y Hamás, el presidente estadounidense Donald Trump anunció este miércoles que ambas partes han firmado la “primera fase” de su plan de paz para Gaza, lo que abre una ventana diplomática hacia un alto al fuego más amplio.
Según el propio Trump, el acuerdo incluye dos acciones iniciales esenciales: la liberación inmediata de todos los rehenes vivos que aún permanecen bajo custodia de Hamás, y la retirada de las tropas israelíes a una “línea acordada” dentro del territorio gazatí.
El mandatario describió estos pasos como “los primeros hacia una paz fuerte, duradera y eterna” en Medio Oriente. Asimismo, expresó su agradecimiento a Qatar, Egipto y Turquía, que actuaron como mediadores del pacto, y declaró que es “un gran día para el mundo árabe, Israel y Estados Unidos”.
La reacción internacional fue de expectativa y cautela. Organismos internacionales, algunos gobiernos y actores del medio oriente dieron la bienvenida al anuncio, considerando que es el avance más significativo en los últimos meses hacia la desescalada del conflicto.
Sin embargo, analistas y poblaciones afectadas manifestaron escepticismo sobre la implementación práctica del acuerdo. En Gaza, tras años de bombardeos, destrucción y escasez, muchos habitantes temen que el pacto pueda fracasar o ser mal ejecutado en los plazos previstos.