- Columna Sena de Negros por: Dionel Sena
Pocas veces había generado tanta expectación, lo que pudiera decidir la Secretaría de Educación del Estado, en torno a un caso de denuncia que alcanzó tintes nacionales e internacionales y que se trata de la directora de una escuela secundaria que ordenó la quema de teléfonos celulares que les fueron “decomisados” a sus alumnos, hecho que quedó plasmado en las redes sociales y que de manera natural, trajo consigo la exigencia de una sanción ejemplar a la responsable de este caso por parte de distintos sectores.
Fue justamente este miércoles cuando el titular de Educación en Durango, Guillermo Adame Calderón manifestó ante medios de comunicación, que ya se había emitido un fallo en torno a este penoso caso, la decisión, fue suspender a esta directora hasta por seis meses, aunque nunca precisó si dicha sanción sería sin goce de sueldo y que una vez transcurrido ese tiempo, podrá volver a ocupar esa misma responsabilidad, lo cual resultaría inadmisible, tomando en cuenta el antecedente ya citado.
Se debe precisar que para muchos, la directamente implicada, debió haber sido despedida de su cargo, pues más allá de que siempre sostuvo que tenía el permiso de los padres de familia para realizar un acto semejante, es innegable que en la lógica de cualquier profesional de la educación, algo semejante iba a traer consecuencias, pues además de vulnerar los derechos humanos de los estudiantes, al mismo tiempo trajo una afectación económica a sus familias, pues ya hoy en día un teléfono celular, cuesta varios miles de pesos y a los padres de familia, cada vez les resulta más difícil cumplir esas necesidades de sus hijos, de ahí la expectativa generada en torno este caso.
Seguramente lo que buscó la Secretaría de Educación con esta sanción, es mandar un mensaje claro y contundente de que este tipo de acciones no van a ser toleradas, pues una cosa es que se prohíba el ingreso de teléfonos celulares a las aulas de clases en Durango y otra, destruir el patrimonio de los estudiantes y de sus papás, por lo que la próxima vez que algún docente, director o autoridad educativa que pretenda actuar de la misma manera, seguramente correrá la misma suerte.
Sobreaviso no hay engaño…