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sábado, noviembre 15, 2025

Aparece lona gigante de la “Generación Z” en el Zócalo; surgen dudas sobre quién la pagó y quién organiza la marcha

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Ciudad de México.— Minutos antes de que inicien las marchas convocadas por la llamada Generación Z en distintas ciudades del país, una enorme lona con su logotipo apareció desplegada en pleno Zócalo capitalino, generando sorpresa… y más preguntas que respuestas.

La manta, visible desde varios puntos del Centro Histórico y colocada durante la madrugada, muestra el distintivo morado y blanco con el que este grupo asegura buscar “defender el futuro” y “alzar la voz de quienes crecieron entre crisis y desigualdad”. Sin embargo, su presencia desató una ola de interrogantes sobre la autenticidad, independencia y financiamiento del movimiento.

¿Quiénes son realmente la Generación Z?

Aunque el término suele referirse globalmente a las personas nacidas entre 1995 y 2012, en México la Generación Z ha comenzado a tomar forma como un colectivo juvenil que se describe como apartidista, crítico y enfocado en temas como:

derechos digitales, seguridad, acceso a oportunidades, salud mental, acceso a vivienda y participación social.

A través de redes sociales, este grupo ha ganado notoriedad por movilizar a miles de jóvenes en estados como Jalisco, Nuevo León, Durango, Puebla y Ciudad de México, donde se reunirán este día.

¿Quién los coordina?

Oficialmente, el movimiento se presenta como una red abierta, horizontal y sin liderazgos fijos. Sin embargo, analistas y usuarios en redes han identificado perfiles que constantemente aparecen en la organización o difusión de convocatorias:

Jóvenes influencers políticos, Activistas de universidades privadas, Grupos estudiantiles ya existentes, Y colectivos civiles con experiencia previa en movilizaciones.

Pese a ello, no existe una cara pública clara, lo que ha dificultado confirmar si se trata de un movimiento totalmente espontáneo o si hay operadores detrás.

La gran pregunta: ¿quién pagó la lona del Zócalo?

La instalación de una lona de ese tamaño —que podría medir entre 20 y 30 metros y cuyo costo asciende fácilmente a cientos de miles de pesos— no ha sido reivindicada por ningún integrante del movimiento.

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