- El objetivo es que los jovencitos y jovencitas que practican la mencionada disciplina deportiva tengan un buen desarrollo
A nombre del director del Instituto Estatal del Deporte (IED), César Omar Cárdenas Reyes, el subdirector Rubén Ontiveros Palacios entregó material deportivo a la entrenadora de boxeo del propio IED, Anna Fernández, con la finalidad de que los jovencitos y jovencitas que practican la mencionada disciplina deportiva tengan un buen desarrollo en sus entrenamientos.
Siguiendo con las líneas de acción de fomentar el deporte, motivar y destacar, se entregó el material deportivo para los boxeadores que asisten al gimnasio del IED, donde día a día la entrenadora Anna Fernández, busca nuevos talentos que pongan en alto el nombre de Durango.
En total fueron un par de manoplas, cuatro caretas, tres perillas, 10 cámaras para perilla estática y perilla local, cinco cuerdas y un costal, todo el material de las reconocidas marcas que se utilizan para los entrenamientos de boxeo, lo que garantiza su durabilidad.
El box es un deporte de contacto en el que dos contrincantes luchan utilizando únicamente sus puños con guantes, golpeando a su adversario de la cintura hacia arriba, dentro de un cuadrilátero especialmente diseñado para tal fin; la pelea se lleva a cabo en breves secuencias de lucha denominadas asaltos y de acuerdo a un preciso reglamento, el cual regula categorías de pesos y duración del encuentro, entre otros aspectos.
Desde sus orígenes, el boxeo ha sido un deporte popular, practicado aún antes de haber sido incluido en los Juegos Olímpicos. Entre los deportes que se practicaban en la antigua Grecia, estaba el boxeo. En Roma, los contendientes usaban los cestus, protectores metálicos para las manos, tachonado de clavos con el que llegaban hasta a matar a sus contendientes.
La lucha y el boxeo son dos de los deportes más antiguos, y hay registros que se remontan al cuarto milenio antes de Cristo, en Egipto y Oriente. Los primeros datos de una pelea de boxeo en los tiempos modernos, se ubica en Inglaterra en 1681: el Duque de Albermarle organizó un combate entre su mayordomo y su carnicero. Ya en el siglo xviii se lucha por dinero (en esa época sin guantes) y los espectadores hacen apuestas. Normalmente estos combates solían acabar de manera fatal, matando incluso a sus rivales.