Moscú, 23 jun (Sputnik).- El presidente de la compañía rusa Rosatom, Alexéi Lijachov, y el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, debatieron la seguridad nuclear de la planta de Zaporizhzhia en una reunión celebrada en la ciudad rusa de Kaliningrado.
“La discusión se centró en cuestiones vinculadas a la necesidad de garantizar la seguridad nuclear de la planta nuclear de Zaporizhzhia, planteadas por Rafael Grossi durante la sesión informativa en el Consejo de Seguridad de la ONU el 30 de mayo”, señala el comunicado de la corporación rusa.
Grossi, según la nota, presentó su visión de los próximos pasos del OIEA “a la luz de las tesis formuladas por el mismo al respecto”.
A su vez, el jefe de Rosatom afirmó que Moscú espera pasos concretos del OIEA para prevenir los ataques de las tropas ucranianas tanto contra la central, como contra el territorio adyacente y los objetos de la infraestructura crítica de apoyo.
“Alexéi Lijachov contó al director general del OIEA las medidas tomadas por Rusia para la explotación segura de la planta nuclear de Zaporizhzhia, incluido su abastecimiento de agua tras la destrucción de la represa de la central hidroeléctrica de Kajovka por las Fuerzas Armadas de Ucrania”, indica el comunicado.
El pasado 30 de mayo, el director general del OIEA formuló cinco principios para garantizar la seguridad de la central nuclear de Zaporizhzhia, a saber: prevenir cualquier ataque desde o contra instalaciones de la planta o su personal; no almacenar allí armas pesadas o efectivos que podrían utilizarse para un ataque desde la planta; no poner en riesgo las fuentes de energía externa; proteger de ataques o actos de sabotaje las estructuras, sistemas y componentes esenciales para el funcionamiento seguro de la central; y, por último, evitar cualquier acción que pueda socavar estos principios.
La central nuclear de Zaporizhzhia, la mayor de Europa, se encuentra cerca de la ciudad de Energodar, a orillas de un embalse que sufre actualmente una descarga descontrolada de agua tras el derrumbe del dique de Kajovka, más abajo en el curso del Dniéper.
La planta cuenta con seis reactores de agua presurizada del modelo VVER-1000 y tiene una capacidad total de 6.000 megavatios. Las seis unidades de generación están apagadas, para minimizar el riesgo de su exposición al conflicto armado en curso.
Desde marzo de 2022, la central permanece bajo control de militares rusos. El Ministerio de Exteriores ruso alega que la presencia militar en la planta, que había sido operada por la empresa ucraniana Energoatom antes de que Rusia anunciara la incorporación de la provincia de Zaporizhzhia a finales de septiembre pasado, persigue evitar fugas de materiales nucleares y radiactivos.
Rusia y Ucrania se acusan periódicamente de disparar contra instalaciones de la central, que en múltiples ocasiones se quedó sin fuentes de alimentación externa de energía eléctrica. (Sputnik)