Lorena Hernández, empresaria del ramo funerario, señaló que la jornada laboral de 40 horas les complicaría el panorama a ellos, pues, como funerarias, tendrían que abrir otro turno ya que son empresas que operan 24/7 y difícilmente podrían prescindir de trabajadores.
La también presidenta en Durango de la Unión Social de Empresarios de México (USEM) indicó que la reforma laboral no está contemplando todos los sectores del país, pues las funerarias requieren personal para cubrir todos los turnos, por lo que aumentaría la carga de contratación.
Consideró que la única manera de garantizar que una reforma que incluya la diminución de 48 a 40 horas laborales a la semana es reducir el tiempo muerto y que los colaboradores sean realmente productivos; “tenemos tres turnos, sería necesario abrir otro para cubrir la demanda”.
Por otra parte, señaló que el incremento en el precio del acero ha impactado también en la industria funeraria, ya que en el último año los ataúdes han incrementado sus costos en un 15 por ciento, recursos que ellos absorben para mantener el costo del servicio de inhumación.
La empresaria duranguense aseguró que únicamente cuando ya no es posible sostener el costo se hacen pequeños incrementos a los servicios y con ello poder continuar con la operatividad de la empresa, mantener los empleos y la calidad en el servicio que actualmente se tienen.