Lisboa, 3 jun (EFE).- El primer ministro portugués, António Costa, dejó hoy en manos del principal partido líder de la oposición, el conservador Partido Social Demócrata (PSD), la decisión sobre la ubicación de un nuevo aeródromo en Lisboa y advirtió que “no podemos perder más tiempo en relación al nuevo aeropuerto”.
El debate tendrá que esperar a julio, cuando el nuevo líder del PSD, Luis Montenegro, asuma formalmente la conducción del partido, apuntó Costa en declaraciones a medios tras participar en un encuentro organizado por la Cámara de Comercio Luso-Española.
Costa afirmó que cumplirá el compromiso alcanzado entre los principales partidos en 2015 que establece que los grandes proyectos de infraestructuras deben tener un acuerdo de 2/3 del Parlamento “porque no tienen que ver con el Gobierno A o B”.
La polémica sobre el nuevo aeropuerto de Lisboa se centra en dos proyectos que ubican las instalaciones al otro lado del rio Tajo, en las localidades de Montijo o Alcochete.
“Por mi parte, conozco 20 buenas razones para una localización, las 20 buenas razones para la otra, y todas las razones para que una sea buena. Por mí es sólo decidir. Y para mí ya sólo hay un criterio: aquello que la oposición entienda es lo que haremos, no podemos perder más tiempo en relación al nuevo aeropuerto”, dijo el líder socialista. .
“Hay óptimos argumentos para todos, hay argumentos contra todos y solo falta una cosa: Decidir y hacer”.
“El mes que viene, cuando tengamos un nuevo líder de la oposición además del aeropuerto, podemos también fijarnos de una vez por todas sobre el trazado de la línea ferroviaria”, concluyó.
Las limitaciones del aeropuerto de Lisboa, con instalaciones colapsadas y dentro del área urbana -a solo 6 kilómetros del centro histórico de la ciudad- provocan retrasos y aglomeraciones en las temporadas de picos turísticos.
Recientemente, el aeropuerto Humberto Delgado ha sido considerado el peor del mundo entre los usuarios de la web alemana Airhelp, que colocaron al de Oporto -segunda ciudad portuguesa- entre los ocho peores. EFE