Durango, Dgo. -Un señor que tiene una casa en la zona centro de la ciudad a la que no iba desde hace una semana, regresó este miércoles y se encontró con una escena surrealista: un desconocido recostado en su cama, hambriento en su cuarto día de ayuno, y con las dos piernas fracturadas.
Todo comenzó el sábado por la noche, cuando Ezequiel Salas Castañeda de 46 años de edad, llegó a la azotea de un domicilio ubicado en la calle Ramírez con la intención de robar, que, aunque cuenta con las amenidades de una vivienda, es usado como oficina por su propietario, un hombre de 60 años de edad.
Sin embargo, cuando intentaba descender por un tragaluz usando como escalón una saliente, perdió el equilibrio y cayó de una altura aproximada de 6 metros, resultando con la aparente fractura de ambos tobillos.
Al no tener manera de pedir auxilio, e imposibilitado para salir del inmueble, como pudo, se arrastró hasta una habitación y ahí se recostó; como pudo, se acercó agua y algo de alimento para tenerlos a la mano y así sobrevivió.
Fue poco antes de las 11:00 horas de este miércoles cuando Fernando, el dueño del inmueble, llegó y al ver la presencia extraña, llamó a la Policía Preventiva; los oficiales, al confirmar la condición de Ezequiel, pidieron una ambulancia que lo trasladó al Hospital General 450, donde ya lo atienden por las fracturas y la inanición.
El caso fue notificado al agente del Ministerio Público, que solicitó la denuncia de la parte afectada para iniciar el procedimiento que corresponde por el delito de allanamiento de morada.