lunes, enero 13, 2025

¿Es el inicio de un nuevo pacto con los ciudadanos?

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La Duda
Por Alejandro Álvarez Manilla

Por 100 días, México parece haber encontrado un nuevo eje de esperanza y confianza bajo el liderazgo de la Dra. Claudia Sheinbaum.

Con una narrativa que combina acción, promesas por cumplir y visión a futuro, la presidenta ha logrado que millones de mexicanos depositen su fe en un proyecto que promete consolidar la Cuarta Transformación.

Con índices de aprobación que oscilan entre el 70% y el 80%, según diversas encuestas, la presidenta Sheinbaum refleja un respaldo que no solo avala su llegada al poder, sino que alimenta un optimismo generalizado.

Sin embargo, la duda persiste: ¿puede este inicio brillante mantenerse en el tiempo, enfrentando las inevitables pruebas de un sexenio?

Desde su discurso inicial, la Dra Sheinbaum marcó un rumbo claro: “Este gobierno será de la gente, para la gente y con la gente”. Y en estos primeros días, los hechos parecen respaldar esas palabras.

La estrategia de programas sociales ha sido una de las más valoradas, con un enfoque especial en sectores vulnerables.

Pensiones para mujeres mayores de 63 años, becas educativas y un apoyo decidido a la vivienda son solo algunos ejemplos que han marcado el inicio de su administración.

Por otro lado, la presidenta ha enfrentado con firmeza las tensiones internacionales. Ante la inminente llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

La presidenta Claudia Sheinbaum expresó: “Siempre tendremos la frente en alto; colaboramos, pero nunca nos subordinamos”. Este mensaje, aunque directo, abre una duda razonable: ¿podrá México mantener una relación de respeto mutuo frente a un liderazgo tan complejo como el de Trump?

En materia de seguridad, los avances han sido significativos, pero insuficientes para disipar las preocupaciones ciudadanas.

Los homicidios dolosos han disminuido un 16%, y las lesiones dolosas, un 20%. No obstante, la percepción de inseguridad ha crecido, pasando del 37% al 41% en apenas unas semanas en la población.

Aquí surge otra duda clave: ¿será suficiente una estrategia basada en humanismo y honestidad para cambiar la realidad que millones enfrentan día a día?

La mandataria insiste en que la fórmula está en atacar las causas de fondo, fortalecer a la Guardia Nacional y promover una mayor coordinación entre las instituciones de seguridad.

Pero el contraste entre los datos y la percepción ciudadana podría convertirse en un reto mayor en los próximos meses.

A pesar de los retos, los avances son innegables. La operación del Tren Maya ha avanzado.

La recuperación de rutas ferroviarias y la construcción de nuevas líneas, como México-Pachuca, son muestra de un enfoque decidido hacia la movilidad.

En educación, el anuncio de seis nuevos campus para la Universidad Rosario Castellanos y el aumento de espacios para estudiantes de nivel medio superior y superior destacan como parte de una visión que apuesta por el desarrollo humano.

Además, la consolidación de CFE y Pemex se perfila como un eje estratégico para garantizar la soberanía energética del país.

Aunque los primeros 100 días de este gobierno han sido aplaudidos por muchos, la duda permanece como un recordatorio de que el verdadero desafío apenas comienza.

¿Podrá la presidenta sostener el optimismo ciudadano cuando los problemas estructurales, las tensiones externas y las demandas internas empiecen a intensificarse?

En su mensaje, enfatizó: “No llego sola; llegamos todas y todos”. Esta declaración, además de reconocer el apoyo popular, plantea una visión de gobierno inclusiva y colectiva.

Pero hay otra duda: ¿podrá esa unidad resistir los embates del tiempo y las adversidades políticas?

El optimismo, aunque alentador, es también un arma de doble filo. Las expectativas son altas, y la historia reciente nos ha enseñado que el verdadero reto no está en alcanzar el poder, sino en mantener la confianza cuando las promesas se enfrentan a la realidad.

La duda no es un defecto; es un motor. Y en el caso de la presidenta Claudia Sheinbaum, es el eje que definirá si este pacto inicial con los ciudadanos se convierte en un puente sólido hacia el cambio prometido o si, como tantas veces antes, se desvanece ante el peso de las pruebas que inevitablemente traerá el futuro.

Por ahora, el pacto se mantiene firme, pero gobernar es un arte delicado. Cada decisión cuenta, y la duda será, como siempre, el juez más implacable de este capítulo histórico.

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