lunes, abril 14, 2025

Knockout de Sheinbaum y Torruco a favor de La Paz

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La Duda
Por Alejandro Álvarez Manilla

La Clase Nacional de Boxeo fue un éxito rotundo: alrededor de 500 mil personas participaron simultáneamente en los 32 estados del país, en un evento sin precedentes que unió a México bajo un mismo lema: sí a la educación, sí al deporte, sí a la paz.

Este acontecimiento trascendió las fronteras del deporte, convirtiéndose en una manifestación social y política de unidad y bienestar.

El Zócalo de la Ciudad de México fue el epicentro de esta jornada, donde miles de personas se congregaron para participar en una clase simultánea de boxeo dirigida por entrenadores y deportistas nacionales.

A la par, en plazas y espacios públicos de las 31 entidades federativas, las clases se realizaron con la misma energía, creando una sincronía única entre los mexicanos.

La presidenta la Dra. Claudia Sheinbaum, fue la encargada de encabezar este esfuerzo en la capital, destacando la importancia de la actividad física no solo como medio para prevenir las adicciones, sino como una herramienta poderosa para la integración social.

Uno de los momentos más significativos de la jornada ocurrió cuando Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (WBC), entregó el Guante de Oro a la Dra. Sheinbaum, reconociendo el compromiso de la administración capitalina con la promoción del deporte y la paz.

Este gesto simbólico, que se convirtió en un emblema de la lucha conjunta por erradicar las adicciones y fomentar una cultura de bienestar, marcó el tono de la jornada.

No me queda la menor Duda de que detrás de la organización de este evento hubo una figura clave: Miguel Torruco Garza, Director General de Promoción del Deporte y Bienestar. Torruco fue el encargado de coordinar y dar forma a esta iniciativa que movilizó a todos los estados del país, logrando que todos los gobernadores firmaran el Cinturón de La Paz, un objeto simbólico que recorrió cada entidad federativa como un mensaje de unidad, en un país tan polarizado como el nuestro.

Este cinturón, más que un simple trofeo, representó el esfuerzo colectivo por sumar fuerzas en la lucha contra las adicciones y a favor del deporte como factor de desarrollo social.

La Clase Nacional de Boxeo no solo fue una clase de entrenamiento. Fue un recordatorio de lo que puede lograrse cuando las autoridades, el deporte y la ciudadanía se unen por una causa común.

Y, en un país como México, que atraviesa tanto por divisiones políticas como sociales, estos gestos son más que necesarios.

Sin Duda alguna la imagen del Zócalo repleto, puños en alto, es quizá la más patriótica del año: un país que decide moverse, que elige salir al aire libre, entrenar, convivir y reconciliarse. Porque a veces, la fuerza más poderosa no está en el golpe, sino en la voluntad de avanzar juntos.

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