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En Marcelo está el no seguir los pasos de quien fuera su líder moral y político…
Los tiempos de definición en Morena ya están cerca y con ello, la forma en que Mario Delgado Y Citlali Hernández “plancharán” el proceso interno de donde saldrá, el candidato o candidata que abandere a Morena en las elecciones del 2024, en donde estará en juego, ni más ni menos, que la Presidencia de la República y la renovación de ambas cámaras legislativas, por lo que deberán llevar con mucho tiento dicha decisión, la que sobra decir, estará absolutamente palomeada por Palacio Nacional, es ahí en donde Marcelo Ebrard Casaubón deberá tomar decisiones importantes al respecto, como cuando dar un paso de costado y buscar su propio camino antes de que quede impedido de ello al participar en el proceso interno de otro partido político, lo que ya le pasó no hace mucho tiempo.
Aunque el actual Secretario de Relaciones Exteriores fue parte fundamental en la conformación y el éxito de la Cuarta Transformación, sus origines no nacieron ahí, pues en su momento su líder moral fue ni más ni menos que Manuel Camacho Solís, sí el mismo al cual le negaron la candidatura a la Presidencia en 1994 y lo conformaron mandándolo a resolver el movimiento del EZLN a Chiapas, dejándolo por completo fuera de la jugada política y en su momento, hubo quienes lo vieron responsable del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta con quien se sabía, no tenían la mejor de las relaciones, por lo que una vez se perpetró aquel magnicidio, ya no pudo siquiera asomar la cabeza de querer volver a tener una aspiración semejante y menos aún, cuando el país quedó en manos de Ernesto Zedillo Ponce de León que fue quien entregó el poder a la oposición, en aquel entonces representada por Vicente Fox.
Lo anterior deja en claro que este es el momento de Marcelo Ebrard, pues aunque hay algunos ilusos que piensan que aún puede esperar otros seis años más para cristalizar ese proyecto presidencial que tiene el Canciller, es innegable que él no se hace más joven y eso lo debe saber él mejor que nadie, además que con quien tiene el compromiso está a año y medio de dejar de ser el titular del poder ejecutivo federal y difícilmente otra de las “corcholatas” participantes, le va a respetar ese acuerdo por más que se lo pida el de la Macuspana, de ahí que se presuma que los días del ex Jefe de la Ciudad de México en Morena están contados y que no será él quien abandere esa causa en el 2024, al menos esas son las señales que ha mandado quien despacha en Palacio Nacional, el cual ha sido claro que Adán Augusto, es su paisano; Que Marcelo, ha hecho un gran trabajo y; que a Claudia, la quiere mucho, no hay que ser un erudito en la materia para saber por quien se decantará llegado el momento.
Esta teoría quizá pudiera sonar descabellada para algunos, pero es innegable que los mensajes en cuanto a una independencia del canciller ya se empezaron a mandar desde ayer, justo cuando Martha Delgado (uno de los brazos fuertes de Ebrard Casaubón) anunció que renunciaba a su cargo como Subsecretaría para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, decisión que bien pudiera ser interpretada como una acción para reforzar el proyecto de Marcelo dentro de Morena o bien, que ya inició la desbandada para ir preparándole el camino para lo que se pueda venir, es decir, quedarse en Morena o mudar sus intereses a otro lado, en donde la mayoría de los partidos políticos de oposición se relamen los bigotes para recibirlo, la decisión está en el Canciller, es decir, si corre la misma suerte del que fuera su líder moral Manuel Camacho Solís o decide emprender su propio camino.
El tiempo lo dirá…