Durango, Dgo.
Un joven de 23 años de edad, que se encontraba en estado de ebriedad, pidió ayuda al número de emergencias 911 señalando que su madre había sido golpeada por su esposo (y padrastro del reportante). Los oficiales arribaron y la presunta víctima negó el señalamiento.
Fue el jueves por la noche cuando el joven Eduardo, de 23 años de edad, llamó a las autoridades pidiendo ayuda para su madre de 47 años, ante una supuesta agresión física a manos de su marido de 57.
Al sitio arribaron elementos de la Policía Municipal y, tras llamar a la puerta, salió para atenderlos al varón, que les permitió el acceso hasta la habitación de su madre y padrastro.
Los agentes se encontraron con la sorpresa de que ambos estaban ya dormidos y, al entrevistarlos, ambos negaron que se hubiera dado algún tipo de incidente en el inmueble.
La señora, incluso, aprobó una revisión por parte de los agentes, que no observaron en ella huellas de violencia alguna.
El muchacho insistió, pero al final terminó por reconocer que, en su condición de ebriedad, pudo haber confundido alguna situación distinta a la que reportó.
