Un vuelo rutinario se convirtió en una escena de emergencia y heroísmo que hoy da la vuelta a Ciudad Juárez. A bordo del Vuelo 1160 de Volaris, que cubría la ruta Guadalajara–Ciudad Juárez, un pasajero comenzó a asfixiarse a miles de metros de altura, desatando momentos de tensión en la cabina.
Entre los pasajeros se encontraba el cirujano cardio-torácico Jesús Enríquez, acompañado de dos enfermeras, quienes sin pensarlo dos veces se levantaron de sus asientos para auxiliar al hombre. Con maniobras precisas y conocimientos médicos, lograron estabilizarlo después de varios minutos críticos.
Pero el drama no terminó en el aire. Al aterrizar en Juárez, el pasajero sufrió un infarto, y gracias a la atención previa que recibió en pleno vuelo, pudo ser trasladado de inmediato a un hospital, donde actualmente se reporta estable.
Testigos narran que la tripulación y los pasajeros presenciaron un despliegue de profesionalismo y humanidad que arrancó aplausos y reconocimientos. “Se notaba la calma con la que trabajaban; nos dieron seguridad en un momento en que todos estábamos asustados”, relató una pasajera.
La historia ha sido confirmada por medios locales y destaca el papel crucial de profesionales de la salud, incluso fuera de sus turnos, cuando la vida de alguien depende de segundos.