Durango, Dgo.—
Ante los constantes señalamientos de empresarios ganaderos y agrícolas acerca de extorsiones y cobro de “derecho de piso” para poder operar en la entidad, el gobernador de Durango, Esteban Villegas Villarreal, lanzó una frase que no pasó desapercibida:
“Si hay empresarios del sector ganadero, del sector agrícola, que alguien les pida como extorsión, nomás que me digan y yo lo arreglo. Para eso soy el gobernador, porque ahora resulta que todo mundo se siente malandro y no va a pasar”.
La declaración se dio tras las reiteradas denuncias empresariales sobre la presencia de grupos que, según ellos, exigen pagos para permitirles trabajar en zonas rurales. Mientras líderes del sector han narrado situaciones de presión y amenazas, el mandatario pareció reducir el problema a una cuestión de avisarle directamente para solucionarlo “de inmediato”.
La expresión provocó reacciones entre los asistentes: algunos interpretaron el comentario como una promesa de mano dura, mientras que otros lo consideraron una minimización de un fenómeno que lleva años afectando al estado y que ha obligado a varios productores a abandonar sus actividades.
En Durango, donde la percepción ciudadana apunta a que la seguridad muchas veces no la define el gobierno sino “otros actores” —como dirían coloquialmente—, la frase “nomás que me digan y yo lo arreglo” sonó más a un reto que a una estrategia.
Eso sí: según el gobernador, lo único necesario para erradicar la extorsión es avisarle. No protocolos, no denuncias formales… solo avisarle.
Mientras tanto, los empresarios del campo aseguran que la realidad es otra y que no se trata de “sentirse malandros”, sino de sobrevivir en un entorno donde, según ellos, los grupos delincuenciales sí operan, sí cobran y sí imponen condiciones.
Productores ganaderos han insistido durante meses en que el problema es real y afecta la producción, la inversión y la seguridad de las familias en el medio rural. Solicitan rondines permanentes, presencia operativa en brechas y comunidades, y una estrategia de protección específica para quienes trabajan en zonas aisladas.
Por ahora, la propuesta oficial para frenar las extorsiones en Durango quedó resumida en una instrucción del gobernador:
“Nomás que me digan.”
Una respuesta sencilla para un problema complejo… si tan solo la seguridad del estado pudiera arreglarse con una llamada.
