Este 23 de noviembre, la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, una de las festividades litúrgicas más significativas del calendario religioso, con la que se cierra el Año Litúrgico. Esta solemnidad recuerda el reconocimiento de Jesucristo como rey universal, no desde el poder terrenal, sino desde el amor, la misericordia y el servicio.
Al mismo tiempo, la Iglesia celebra también el Día del Laico, una jornada dedicada a reconocer la labor de hombres y mujeres que, desde su vida cotidiana, su trabajo, su familia y sus comunidades, viven y testifican su fe. Los laicos desempeñan un papel esencial en la construcción de la sociedad y en la misión evangelizadora de la Iglesia.
La solemnidad suele ir acompañada de celebraciones eucarísticas especiales, actos de adoración y oraciones que recuerdan el compromiso de los creyentes con los valores del Evangelio.
Una de las expresiones más tradicionales y emotivas de esta fecha es la oración que muchos fieles comparten en memoria de quienes testimoniaron su fe incluso en tiempos de persecución:
“Concédeme Señor que mi último grito en la tierra y mi primer cántico en el cielo sea: ¡VIVA CRISTO REY!”
Una frase que, más que un lema, representa un acto de esperanza, entrega y confianza en la fe.

