- Columna Sena de Negros por: Dionel Sena
A pesar que desde hace ya algunos días, se sabe que Luisa María Alcalde será la nueva presidenta nacional de Morena, lo cual saben tanto Claudia Sheinbaum como Andrés Manuel López Obrador, fue de llamar la atención el discurso que trae Mario Delgado sobre un supuesto proceso interno para elegir a su sucesora, lo que podría sugerir que le quiere ensuciar el “mantel” a la ungida, la cual se sabe que nació en el movimiento y que es sumamente radical en cuando a su toma de decisiones, de ahí que no se entienda la postura de su antecesor.
Si lo anterior corresponde a darle legitimidad a Luisa María Alcalde en su nombramiento, pareciera absolutamente innecesario lo que está haciendo el recién nombrado Secretario de Educación en el gabinete de la Presidenta electa de México, mismo que quizá ya se acostumbró tanto a estar el frente de Morena que quizá le resulte difícil soltar ese encargo o quizá, dejar en su lugar a quien se la deba, lo que ya está claro no va a suceder, pues es el de la Macuspana ya tomó esa decisión, la cual se debe acatar, sino que se atengan a las consecuencias.
La prueba clara de que Luisa María Alcalde será la nueva pastora del morenismo en nuestro país, es que en cuanto termine este sexenio, dejará la Secretaría de Gobernación y no aparece en ningún otro encargo del gabinete de Claudia Sheinbaum, por lo que se infiere que ya todo está hablado en cuanto a quien será el relevo de Mario Delgado, el cual pareciera ser el único que no está enterado de ese movimiento, quien no ha dejado de decir que la nueva dirigencia debe surgir de un proceso interno para que goce de la legitimación debida, más allá de que “Ya Saben Quien” ya la haya palomeado.
Si lo que dice Mario Delgado, es verdad, entonces será en la última semana de septiembre, cuando se lleve a cabo el Congreso Nacional, aunque previamente deberán revisarse los estatutos para ver de que manera planchan el nombramiento de Luisa María Alcalde, el cual deberá realizarse sin que se preste a algún tipo de impugnación, pues más allá de que Morena sea el partido hegemónico en nuestro país, se debe tener el cuidado debido de cualquier escenario en donde se le quiera manchar el “mantel” a la nueva pastora, lo que disgustaría de sobremanera al líder moral y político de ese movimiento y eso no es lo más recomendable, por más que le queden unos meses en el encargo.