- Ambiente Político por Eduardo Serrano
Manuel Espino Barrientos, nuevamente se coloca en el centro de la polémica del Ambiente Político, tras la presentación de una propuesta de pacificación del país. A pesar de que dicha propuesta, no contempla -de ninguna manera- la posibilidad de dialogar y acordar con líderes del crimen organizado, algunos políticos, volvieron a compartir en sus redes sociales, aquel video en el que Espino, siendo comisionado de Seguridad Pública en el sexenio pasado, acudió al Senado a exponerle a los legisladores de entonces, una propuesta en la que, tal parece, sí contemplaba ese supuesto diálogo con grupos delincuenciales. Según el también líder de “Ruta 5”, aquella propuesta la entregó a Adán Augusto López, en esos momentos Secretario de Gobernación de la administración de Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró que solo recibió un “libro”, sin dar más detalles de su postura al respecto.
La nueva propuesta de Espino, concretamente, apunta a la creación de una Comisión Especial de Pacificación y Reconciliación Nacional, en la que recalca el error de la “guerra contra los grupos delincuenciales” iniciada por Felipe Calderón, a la vez que reconoce las acciones de López Obrador para disminuir la pobreza, el rezago social y mejorar las condiciones de justicia. Manuel Espino no es ningún improvisado en estos temas. En la década de los 80’s ocupó diversos cargos en la Dirección General de Seguridad Pública, en Ciudad Juárez, Chih. Cuenta con una Maestría en Seguridad e Inteligencia Estratégica, y diversos diplomados en Criminología. En su carrera como legislador federal, ocupó diversas cargos en comisiones relacionadas con la Seguridad Pública y la Defensa Nacional; y en el Gobierno Federal con AMLO, fue comisionado de Seguridad Pública.
El diputado federal por MORENA, pretende que con esta Comisión, se fortalezca la gobernabilidad, y se transite por una ruta de pacificación en el país, convocando para ello, a representantes de los tres órdenes de gobierno, sectores productivos, medios de comunicación, partidos políticos, organizaciones sociales y religiosas, e instituciones educativas, para trazar una agenda de acciones encaminadas a la pacificación del país. En ese sentido, Espino Barrientos establece 17 tareas rectoras, entre las que resalta la promoción de una cultura de paz y destierro de la corrupción; la unión y coordinación de esfuerzos dispersos de la sociedad civil y el Estado; la generación de alternativas legales a la actividad del narcotráfico y sus delitos conexos; potenciar programas que ayuden a la rehabilitación de personas privadas de la libertad para lograr su reinserción social; que los Congresos realicen reformas legales que contribuyan a la pacificación. En honor a la verdad, en ninguna de estas tareas, Espino contempla el diálogo con el crimen organizado.
El morenista considera que es posible disminuir la violencia, la pobreza y la desigualdad económica, además, impactar en la producción, distribución y consumo de drogas, y algo no menos importante, inhibir la injerencia de grupos criminales en actividades políticas. Frente a la realidad que atraviesa México, siendo la violencia y la inseguridad, parte de los grandes pendientes que heredó el gobierno de AMLO a Sheinbaum, la propuesta de Espino es una alternativa que no va en dirección contraria a lo que demandan las familias mexicanas, por lo tanto, no se debe descalificar a priori, sin embargo, si existe alguna propuesta mejor, que se discuta, analice y se acuerde, porque ya es tiempo de que los actores políticos, también se reconcilien entre sí, y se pongan a trabajar, en serio, por la sociedad.