- El luchador no ha recibido lo acordado por participar en eventos locales
Existe una frase bíblica que dice que “Nadie es profeta en su tierra”, y desafortunadamente esta aplica a la perfección en la persona del luchador Scoria, quien, pese a contar con una carrera intachable y llena de logros, ha sido víctima de personas que con una mano en la cintura y hasta la fecha, no le han pagado lo acordado por participar en sus eventos, pero que en la etapa de promoción, la imagen y nombre del integrante de facciones como “La Black Family”, “La Secta Cibernética”, “La Secta del Mesías”, entre otras más, es de las principales, esto debido al cariño que la afición le tiene al gladiador.
Según Francisco González de Luchamanía, Sergio Ramírez de la NGW, Luis Gerardo Ramos Morales de la XCV “Lucha Libre Cambiando Vidas”, y el encargado de la promotora “Medrano Promociones” son quienes hasta el momento no le han pagado a Scoria lo acordado, además de que se han “desaparecido” de sus redes sociales y vías de comunicación con tal de no darle una respuesta favorable en torno s su pago.
Es una verdadera lástima que a estas alturas todavía existan personas que no les importa afectar a otras, como es el caso de Scoria, quien desde el inicio su carrera se ha puesto la camiseta y donde desafortunadamente estos “promotores” no han sido recíprocos y no se han puesto la camiseta de Scoria con tal de ganarse de mala manera unos cuantos pesos.
Y es que la lucha libre, la cual recientemente acaba de cumplir sus 90 años de edad, es un espectáculo que brinda grandes emociones pero que también conlleva grandes riesgos y donde en ocasiones estos pueden llegar a ser fatales.
Cuando un luchador ostenta la etiqueta de leyenda o estrella, o simplemente llega a cumplir un determinado ciclo de vida dentro de este deporte, al hacer un recuento y volver a los inicios, es inevitable que con una sonrisa recuerde que en sus inicios su primer pago fueron una torta y un refresco, o apenas lo justo para la gasolina o un plato de mole en alguna fiesta patronal, y donde estas “funciones” son cariñosamente conocidas como “Las Moleras”.