Durango, Dgo.
Una aparente negligencia administrativa del Instituto Mexicano del Seguro Social, habría puesto en riesgo la investigación del caso de homicidio del niño que murió la semana pasada tras ser víctima de un supuesto “balonazo”, que resultaron ser múltiples golpes presuntamente propinados por su propio padre.
Datos obtenidos por este medio de comunicación, indican que pese a las lesiones visibles que tenía el menor de edad, dicha institución no dio cuenta al agente del Ministerio Público sino hasta las horas posteriores a su defunción.
La información recopilada señala que fue el 20 de enero cuando el menor de edad, de nombre Jesús Adrián Ruiz López, de 10 años de edad, fue llevado a la clínica número 50 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde se habrían limitado a una revisión superficial.
En la hoja de admisión, se apuntó la versión que dio su madre: que había recibido un balonazo en la escuela.
Sin embargo, una vez que arribó al Hospital General de Zona No. 1 de dicha instancia, se realizó una examinación completa, en la que se descubrieron lesiones en más del 80 por ciento del cuerpo del infante.
Entre estas, había marcas de golpes contusos de reciente y antigua data (propinados semanas o meses antes de su muerte) y hasta algunas quemaduras, aparentemente ocasionadas con un cigarrillo.
Pese a ello, el IMSS habría omitido la notificación del caso a la autoridad ministerial y no fue sino hasta poco después de la defunción, que finalmente se le dio parte de forma detallada.
Por fortuna, el presunto homicida, en este caso el padre de nombre Jesús Manuel, no hizo intentos por escapar, aparentemente confiado en que la versión del supuesto “balonazo” era real.
Poco después de que se identificó la agresión, un juez otorgó una orden de aprehensión y el tipo fue detenido por la Policía Investigadora de Delitos.
Se desconoce, sin embargo, si se puso en marcha algún tipo de procedimiento en contra de la institución de seguridad social.
