La llamada “súper gripe” H3N2, una variante del virus de la influenza A, ha generado atención a nivel internacional tras registrarse una circulación más intensa y temprana de lo habitual en varios países durante la temporada invernal, lo que ha encendido alertas sanitarias sin que, hasta ahora, se considere una amenaza extraordinaria.
Especialistas explican que el virus H3N2 no es nuevo, sino una mutación de la influenza estacional que cada año presenta variaciones genéticas. En esta ocasión, un subclado identificado como “K” ha mostrado mayor capacidad de transmisión, lo que ha derivado en un aumento de casos y hospitalizaciones, principalmente en adultos mayores, niños y personas con enfermedades crónicas.
Contrario a la percepción que se ha difundido en redes sociales, no se ha comprobado que esta variante sea más mortal que otras gripes estacionales. Sin embargo, su rápida propagación puede generar presión en los servicios de salud, sobre todo en plena temporada de frío, cuando coinciden otras enfermedades respiratorias.
Primer caso confirmado en México
Durante esta temporada invernal, México ya confirmó el primer caso de influenza A H3N2, correspondiente a un paciente que recibió atención médica oportuna y evolucionó de manera favorable, sin complicaciones graves. Las autoridades sanitarias precisaron que el manejo clínico y el tratamiento son los mismos que se utilizan para la influenza común, y que el caso se mantiene bajo vigilancia epidemiológica.
De acuerdo con la información oficial, no se trata de una emergencia sanitaria, aunque sí de una situación que se monitorea de forma permanente, como ocurre cada año con los virus respiratorios estacionales.
¿Por qué ha generado alerta?
El llamado de atención a nivel mundial obedece principalmente a tres factores:
Un incremento temprano de casos en comparación con otras temporadas. Mayor facilidad de contagio, debido a mutaciones del virus. Coincidencia con bajas temperaturas, lo que favorece la propagación de infecciones respiratorias.
Especialistas subrayan que el riesgo no radica en una letalidad elevada, sino en el impacto que una alta transmisión puede tener en poblaciones vulnerables y en la capacidad hospitalaria.
Medidas de prevención
Las recomendaciones se mantienen dentro de las estrategias habituales de salud pública: vacunación contra la influenza, higiene constante de manos, cubrirse al estornudar, evitar la automedicación y acudir al médico ante síntomas como fiebre alta persistente, dificultad para respirar o malestar general intenso.

