“Naturalmente no podemos no estar con Occidente en la defensa de los derechos de un país libre y democrático como Ucrania. Por todo esto, debemos trabajar por la paz y lo haremos de acuerdo con nuestros aliados occidentales”, reivindicó, tras suscitar críticas por haber defendido recientemente al presidente ruso, Vladimir Putin.
Y agregó: “Sobre esto, nuestra posición es firme y convencida, es absolutamente clara y no puede ser puesta en duda por nadie ni por ningún motivo”.
El líder de Forza Italia (FI) intervino en el Senado en el debate de investidura del Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni, que él mismo apoya en una coalición de derechas junto a la Liga de Matteo Salvini y los “Hermanos de Italia” de la primera ministra.
Su discurso no fue uno más en esta jornada, sino que marcaba el regreso del tres veces primer ministro a una sede, el Senado, de la que fue expulsado hace nueve años por una condena por fraude fiscal que marcó su declive político tras dos décadas de protagonismo.
Berlusconi, de 86 años, llegó al romano Palacio Madama, sede de la Cámara Alta, en coche y saludando a las personas que pasaban por sus puertas y, antes de tomar la palabra, el presidente de la sede, Ignazio La Russa, le dio “la bienvenida” con “mucho placer”.
“Estoy feliz de estar aquí, también porque hace tres horas he tenido mi décimo séptimo nieto”, empezó el magnate, con una sonrisa.
La mayor parte del discurso que llevaba escrito trataba sobre un tema que ha causado polémica en el país, las relaciones con Rusia, después de que se filtraran a la prensa unas recientes declaraciones suyas en las que presumía de su amistad con Vladimir Putin y justificaba de algún modo la invasión de Ucrania.
Unas palabras que obligaron a Meloni a prometer su respeto a las alianzas con la Unión Europea y la OTAN, en el momento en que estaba diseñando su equipo de gobierno y repartiendo ministerios.
Berlusconi consideró hoy que el escenario internacional actual es “particularmente difícil y el más peligroso desde el final de la Guerra Fría” pero defendió que la política exterior italiana debe basarse en “la solidaridad con Occidente como patrimonio común de la nación ante las amenazas internacionales viejas y nuevas”.
“Yo, lo sabéis, siempre fui un hombre de paz y mis gobiernos operaron por la paz, siempre en pleno de acuerdo con los Gobiernos de Europa, OTAN y Estados Unidos”, sostuvo.
Asimismo reiteró la importancia de, a su juicio, uno de sus mayores logros, el tratado de Pratica di Mare que en 2002 fue firmado por el entonces presidente estadunidense George W. Bush y Putin ante la presencia de los líderes de la Alianza Atlántica.
“Mi proyecto, compartido por muchos, era recuperar Rusia para Europa y poder afrontar juntos con un Occidente reforzado por el aporte ruso el gran desafío sistémico del siglo XXI, el expansionismo chino. Lamentablemente la invasión ucraniana ha echado por tierra nuestro proyecto”, lamentó.
Berlusconi concluyó su intervención asegurando que Meloni, cuya coalición incluye a su partido, seguirá la “estrella polar de libertad”: “Nunca hemos aprobado una norma o ley que pudiera reducir los espacios de libertad de los ciudadanos (…) Estoy seguro de que este Gobierno seguirá esa vía con los mismos principios”, refirió. EFE
