“Como ministro de Defensa, creo que ha llegado el momento de considerar la designación de organización terrorista para grupos como La Familia y Lehava”, dijo Gantz durante una reunión de su partido de centro-derecha, Azul y Blanco en la Knéset (parlamento israelí).
La Marcha de las Banderas tiene lugar en el Día de Jerusalén, cuando los israelíes conmemoran la “reunificación” de la ciudad después de ocupar la mitad esta tras la Guerra de los Seis Días en 1967, una celebración que indigna a los palestinos que aspiran a que la parte oriental sea la capital de un futuro Estado.
“Sé que el tema se ha planteado a los cuerpos de seguridad y confío en que los responsables lo tomen en consideración”, añadió Gantz en su intervención parlamentaria difundida en medios locales, lo que supone un paso importante que pocos representantes de la derecha israelí se han atrevido a dar.
Estas declaraciones contrastan con las del primer ministro israelí, Naftali Benet, para quien la marcha, en la que participaron más de 50.000 israelíes, fue llevada a cabo “de una manera muy especial y reconfortante”, a “excepción de un grupo extremista”.
Benet, ultranacionalista religioso de extrema derecha, fue líder de los colonos israelíes y rechaza la solución de los dos Estados.
En los últimos años, los grupos La Familia y Lehava han estado vinculados a casos de violencia contra árabes y musulmanes en Israel, actos que a menudo se producen en medio de un clima de impunidad.
Originalmente, La Familia era un grupo de hinchas del equipo de fútbol Beitar de Jerusalén, aunque este club se ha deslindado repetidamente de la organización por su retórica racista y sus actos violentas.
Lehava se opone al mestizaje y a la homosexualidad y ha cometido actos de violencia contra hombres árabes, iglesias cristianas y escuelas mixtas árabe-judías.
Simpatizantes de estos grupos protagonizaron agresiones violentas contra palestinos e insultos racistas como “muerte a los árabes” cuando la polémica marcha de las banderas atravesó el barrio musulmán de la Ciudad Vieja, en la mitad este de Jerusalén que Israel se anexionó por ley en 1980.
El primer ministro palestino, Mohamed Shtayeh, condenó la violencia por parte de ultranacionalistas israelíes y denunció que lo sucedido ayer en la Ciudad Vieja de Jerusalén y sus entornos “es un cambio importante y peligroso en el ciclo de conflicto con la ocupación (israelí)”. EFE