La Dirección de Comunicación y Relaciones Públicas del Ejército burkinés indicó que tras inspeccionar la zona, en la provincia de Bougouriba, se descubrieron tres bases terroristas y se recuperó o destruyó una “gran cantidad” de armas, municiones y drogas, entre otros materiales.
La intervención se llevó a cabo el pasado lunes y en ella no murió ningún soldado burkinés, según el Ejército.
Burkina Faso sufre a menudo ataques yihadistas desde abril de 2015, perpetrados por grupos vinculados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico.
La noche del pasado 11 al 12 de junio, un ataque terrorista en el norte de Burkina Faso ocasionó la muerte de 86 personas y el desplazamiento de más de 34.000 personas, según cifras del Gobierno burkinés.
La región más golpeada por la inseguridad es la del Sahel, que comparte frontera con Malí y Níger, aunque el yihadismo también se ha expandido a otras áreas vecinas, como la región del Boucle du Mouhoun (oeste), desde 2017, y la región Este del país, desde 2018.
En noviembre de 2021, un ataque contra un puesto de la Gendarmería causó 53 muertos (49 gendarmes y 4 civiles), lo que generó un gran descontento social que se tradujo en fuertes protestas para exigir la dimisión del entonces presidente burkinés, Roch Kaboré.
Meses después, el pasado 24 de enero, los militares tomaron el poder en un golpe de Estado -el cuarto en África occidental desde agosto de 2020- y depusieron al presidente. EFE