??Cuenta la leyenda que hace más de 40 años en la zona de La Guajolota, Mezquital Dgo., se cazaba mucho venado. Don Felipe Chavira narra que para ese entonces él tenía 37 años y su hijo José nueve. Un día por la mañana, juntos fueron al monte con la intención de cazar un venado y, afortunadamente para ellos, luego de unas horas lo consiguieron.
⛰️Bajaron del cerro entre la una y las dos de la tarde, Don Felipe decidió quedarse a cortar hiervas en la milpa familiar, le pidió a su hijo José que se fuera a casa y llevara el venado en su espalda, que trajera el animal y que le dijera a su madre que comenzará a prepararlo para la cena.
Ya de tarde, don Felipe regresó a su hogar, lo recibió su esposa como de costumbre pero para sorpresa de Don Felipe José aún no llegaba. Inmediatamente se alertaron. Don Felipe se preguntaba a dónde se pudo haber ido sin que nadie lo viera y comenzaron a buscarlo por toda la comunidad. Cayó la noche, llegó el día siguiente y el niño nunca apareció. Pasaron varios días y todo el pueblo se sumó a la búsqueda, pero nadie sabía nada de él.
? Sus padres decidieron ir a ver a un chamán quien les dijo que a José lo tenía el “Señor del Monte”. Si lo querían de regreso era necesario dar una ofrenda y hacer una ceremonia para que el “Señor del Monte” se los regresara.
Hicieron las ofrendas con carne de venado y la ceremonia cuando el chamán les indicó, también les dijo el día y la hora en que regresaría del abismo el niño. El chamán les mencionó entre otras cosas, que regresaría en la entrada de la cueva del cerro Picacho y así fue.
Acudieron con un costal, pues les advirtió que el niño estaría fuera de sí y que trataría de correr cuando fuera rescatado.
El niño efectivamente salió y lo metieron al costal. Lo llevaron a la casa del chamán para sahumarlo, purificarlo y darle otra vez la bienvenida a este mundo.
El chamán le dijo: “Has regresado sano y salvo de donde fuiste”.
?Todos quedaron asombrados, ya que el niño continuaba trayendo el venado en la espalda como si hubiera sido cazado hace unas horas, cuando el pequeñito tenia días perdido.
?El brujo le dijo al niño: “No puedes comentar ni decirle a nadie dónde estuviste porque puede ser peligroso para ti”. Así pasaron los días y toda la gente le preguntaba:
?”¿Dónde estuviste? ¿Quién te alimentó tantos días? ¿Por qué el venado no está podrido? ¿Qué viste?”.
Hasta que un día, José rompió su palabra y contó que abajo de la tierra hay un lugar muy hermoso donde vive el Señor del Monte, que allá están todas las personas que han fallecido, sus abuelos, sus tíos, y que ahí el Señor del Monte tiene una mesa llena de comida deliciosa.
Al enterarse, el chamán les dijo: “Ha contado lo que no debió haber contado” y al año exacto, José falleció sin explicación lógica alguna.
