Moscú, 26 jun (Sputnik).- Varios países expresaron su solidaridad con Rusia tras el intento del motín armado del grupo Wagner que tuvo lugar el pasado fin de semana, declaró este lunes el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
“Numerosas llamadas telefónicas al presidente (ruso, Vladímir) Putin, fueron utilizadas por sus colegas para expresarle la solidaridad, el apoyo, la convicción de que la situación estará bajo control, que regresará al marco constitucional, como, de hecho, sucedió”, dijo Lavrov en una entrevista con el canal televisivo RT.
El ministro también informó que mantuvo varias conversaciones telefónicas con socios extranjeros en las que expresaron su confianza en que Rusia no permitirá ningún intento de socavar la unidad del Estado y el éxito de la operación militar en Ucrania.
“Nos pidieron que no hablemos públicamente de sus llamadas, así que tratamos de no hacerlo. Respetamos su petición”, añadió Lavrov.
Además, el canciller ruso señaló que el intento de sublevación del grupo Wagner no afectará las relaciones de Rusia con los socios.
Contratistas armados de la empresa militar privada Wagner ocuparon en la noche del 23 al 24 de junio el cuartel general del Distrito Militar Sur en Rostov del Don, instalaron blindados en algunas zonas y retenes en las vías de entrada a esa ciudad de más un millón de habitantes que es clave para la logística de la operación militar de Rusia en Ucrania.
El líder de Wagner, Evgueni Prigozhin, muy crítico últimamente con la cúpula del Ministerio de Defensa que insiste en poner a contrato las unidades de voluntarios, había denunciado horas antes un ataque del Ejército regular a un campamento de su grupo, afirmación que el ente militar y el servicio de seguridad desmintieron enseguida, y anunció una marcha hacia Moscú, lo que le valió la apertura de un expediente penal por incitación a rebelión armada.
El presidente Vladímir Putin, en un mensaje a la nación el sábado, prometió responder con dureza a lo que calificó de puñalada en la espalada y traición motivada por ambiciones desmesuradas e intereses egoístas; traición contra el país, el pueblo y la causa común, por la cual soldados y comandantes del grupo Wagner lucharon codo a codo con las unidades regulares.
El sábado por la noche trascendió que el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, había mantenido por un acuerdo con Putin conversaciones con Prigozhin, y que el jefe de Wagner había aceptado detener el avance de su combatientes hacia Moscú para evitar el derramamiento de sangre.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, anunció, por su parte, que Prigozhin podría trasladarse a Bielorrusia, bajo garantía personal de Putin, y que se abandonaría el caso penal contra él ni habría persecuciones contra sus seguidores. Aquellos combatientes de Wagner que no hayan participado en la marcha, según Peskov, podrán firmar contratos con el Ministerio de Defensa. (Sputnik)