“Mi cuerpo empieza a cansarse”, confiesa José Luis Castillo Carreón, padre de Esmeralda Castillo Rincón, desaparecida en Ciudad Juárez en 2009. Tras 15 años de búsqueda incansable, su voz refleja el desgaste, pero no la esperanza.
Desde la desaparición de su hija de 14 años, don José Luis ha dedicado su vida a encontrarla. Marchas, manifestaciones, kilómetros recorridos; todo esfuerzo ha sido poco. “Mi edad avanza, me vuelvo más lento, pero mi fe sigue intacta. Antes de partir, confío en saber de mi pequeña”, expresa conmovido.
Ahora, pide ayuda a la comunidad: “Mientras me recupero, les pido que compartan su rostro. Mi cuerpo se cansa, mi voz se debilita, por favor, presten la suya. No olviden a Esmeralda”. Su llamado es un eco de la lucha de miles de familias que buscan a sus desaparecidos.
