Durango, Dgo. – En el marco de la conmemoración del Día del Maestro, la diputada local por el partido Morena, Blasa Doralía Campos Rosas, rindió un emotivo reconocimiento a la labor diaria de las maestras y maestros que, con vocación y compromiso, educan en las aulas más humildes y en condiciones a menudo adversas. Sin embargo, la legisladora también alzó la voz con firmeza para exigir justicia para los catedráticos indígenas del estado, quienes aún esperan el pago de quinquenios, laudos y diversas prestaciones laborales.
“No puede hablarse de transformación mientras se margina al magisterio indígena y rural”, sentenció Campos Rosas durante su pronunciamiento.
La diputada morenista enfatizó que su presencia en esta fecha no se limitaba a una simple conmemoración, sino a reconocer la lucha constante que libran miles de docentes que enseñan desde la convicción y no desde el privilegio. Destacó cómo, desde las aulas más sencillas hasta las comunidades más remotas, los maestros han sido faros, guías y pilares para generaciones enteras de estudiantes.
Campos Rosas resaltó que detrás de cada historia de superación existe un maestro o maestra que acompañó ese camino. Reconoció que muchos de ellos enfrentan significativas carencias, falta de materiales y condiciones laborales difíciles, pero aún así perseveran en su vocación, entendiendo que enseñar va más allá de la transmisión de conocimientos, implicando la transformación de realidades, la apertura de horizontes y la siembra de justicia.
“Estoy convencida de que el magisterio mexicano es uno de los motores de transformación más poderosos del país. Por eso, más que discursos, debemos respaldarlos con hechos: salarios dignos, seguridad social, formación continua y respeto a su autonomía profesional”, aseveró la diputada.
Para Campos Rosas, ser maestro en México implica abrazar una causa de vida, despertar cada día con la esperanza de que en cada niño y niña florezca un futuro distinto. Evidenció el esfuerzo de aquellos docentes que caminan kilómetros, improvisan pizarras o adaptan sus métodos para alcanzar cada mente y cada corazón, impulsados por el amor a su comunidad y no por la búsqueda de reconocimiento.
La legisladora fue contundente al señalar que el verdadero homenaje al magisterio no se limita al 15 de mayo, sino que se demuestra diariamente escuchando su voz, reconociendo sus derechos y construyendo condiciones dignas para su labor.
Sin embargo, Campos Rosas no dejó pasar la oportunidad para denunciar la situación que enfrentan más de mil maestras y maestros indígenas en el estado, quienes se han visto obligados a salir a las calles para exigir el cumplimiento de sus derechos laborales básicos: quinquenios, laudos y prestaciones. “Eso no se negocia”, afirmó con firmeza, reiterando que no se puede hablar de transformación mientras se mantiene al margen al magisterio indígena y rural.
Finalmente, la diputada Blasa Doralía Campos Rosas levantó su voz en representación de estos docentes. “A quienes enseñan desde el compromiso y el amor por su comunidad: gracias. Gracias por no rendirse y por apostar siempre por el futuro”, expresó conmovida.
Concluyó su pronunciamiento haciendo un llamado colectivo a reconocer, valorar y fortalecer esta vocación que impulsa al país, recordando que la labor del magisterio obliga a responder con hechos concretos y no solo con palabras, hoy y siempre.