+ Durango, campeón sin respaldo de nadie
+ Regresaron nuestras niñas bien cargadas
+ Dineros públicos, como siempre, para otros
+ Refacciones Japón costeó todo a las niñas
+ Los árbitros cumplieron con el patrón
“No nos faltan dineros, nos sobran ladrones…”
Anónimo
Durango femenil conquistó el campeonato en futbol Sub 11 en Puebla, donde venció en penaltis a la oncena de Veracruz. ¿Y saben qué apoyo recibieron para ir a ganar? Cero. Un particular, amante del balompié, costeó todo…..ORO.- Nuestras niñas menores de 11 años fueron, batallaron porque las atoró el paro nacional de agricultores y transportistas. Tuvieron que rogar para que las dejaran pasar y poder llegar a Puebla. Solo que, la gestión no fue sencilla, tuvieron que rogarles durante horas, aunque al final, valió la pena, porque regresaron con medallas y trofeos dorados…..HISTORIA.- Otras veces hemos comentado sobre los sufrimientos que tienen que tragarse los deportistas amateurs para poder competir en justas nacionales, y hemos dicho que cuando un duranguense en lo individual o grupal gana, es producto de su esfuerzo, es mérito personal y no de los gaviotones que siempre están listos para colgarse de esas medallas. Trasciende ahora que el equipo femenil monarca nacional no recibió un peso de apoyo de nadie, y cuando decimos de nadie, es de nadie del gobierno. El conjunto lo armó y llevó hasta la corona Sergio Graciano, de Refacciones Japón, quien hubo de meterle todo el dinero del mundo para poder alzarse con el título, y valió la pena porque al final se trajeron el preciado trofeo y las bonitas medallas. Y así por el estilo están los demás deportes: beisbol, basquetbol, voleibol, box y lo que se atraviese. Son los competidores los que tienen que andar mendigando para poder ir a poner en alto el nombre de Durango. Muchas veces los equipos o atletas tienen las marcas y los deseos de ir a competir, pero en la mayoría de los casos el Instituto del Deporte apenas tiene para ellos, qué van a andar repartiendo entre los “maletas” esos que, repetimos, ganan cuando anteponen su orgullo y si tienen el respaldo de sus padres y o amigos, como el caso de Graciano. La diferencia entre los equipos grandes en cualquier competencia es que los competidores de cualquier disciplina viajan en avión, los hospedan en hoteles de muchas estrellas y los nuestros, sin exagerar, han tenido que dormir en hoteles de paso para evitar que duerman en la calle. Ha habido casos, también lo hemos platicado, de que algunos de los jugadores deben acudir a los escenarios de la competencia con sus propios peculios. Un día lo vimos en Chihuahua, que uno de los representantes de Durango no llevaba ni quinto, sus padres no pudieron ayudarlo, y para ir del hotel al gimnasio tenía que caminar ocho o más kilómetros al punto de la cita. Muchos jugadores, que por lo general no tienen dinero, aunque sí ganas y facultades, terminan sin acudir a los torneos nacionales, porque aquí no hay quién les brinde al menos el transporte y los alimentos. Es el mismo caso de las campeonas nacionales Sub 11, que debía avergonzarnos a todos que hayan asistido sin ayuda de nadie. Ya vemos, sin embargo a no menos gandallas que hasta “se desgañitan” gritando reconocimientos a esas campeonas nacionales, subiéndose pues a la premiación, cuando en serio debía avergonzarles que les hayan regalado tal desprecio y ellas respondan con el título…..SEMIFINALES.- El futbol mexicano llega a las semifinales con ocho equipos, de los que saldrá el campeón y en el que no participarán el América ni las Chivas. Nuestro comentario pasado fue que siguiéramos con lupa el papel de los árbitros y, aunque está fuera el equipo de Coapa, el silbante hizo lo que estaba de su lado. Se tragó un penalti del tamaño del mundo que nada más él y los narradores de Televisa no vieron. “mano pegada al cuerpo la de Jonathan dos Santos…”, dijeron los jilgueros televisos. La mano nunca estuvo pegada, en cualquier parte de mundo debió ser penal, al cuerpo como debió ser para no marcarlo, pero con ese gol malogrado calificaba el América, caminaba tranquilamente a la semifinal, pero todo se vino abajo cuando estaba por finalizar el encuentro, minuto 93, se descuidaron los azulcremas, que para entonces ya celebraban el pase, vino una jugada sorpresiva que permitió a Germán Berterame pegarle con la testa y mandarla al fondo de las redes, pero en el caso de los árbitros, sí que cumplieron con el patrón.
Saludos

