Dakar, 29 may (EFE).- El jefe de Estado de Senegal y presidente de turno de la Unión Africana (UA), Macky Sall, pidió hoy diálogo a Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC) para resolver la escalada de tensión que viven los dos países vecinos por el resurgimiento del rebelde Movimiento del 23 de Marzo (M23).
“Estoy seriamente preocupado por el aumento de la tensión entre Ruanda y la República Democrática del Congo”, afirmó Sall en su cuenta de la red social Twitter.
“Hago un llamamiento a los dos países a la calma y el diálogo para la resolución pacífica de la crisis con el apoyo de los mecanismos regionales y la Unión Africana”, añadió el mandatario.
Sall hizo ese llamado después de que Ruanda exigiera este sábado en un comunicado a la RDC que libere a dos soldados ruandeses secuestrados cuando patrullaban en la frontera con ese país.
La nota se emitió después de que la RDC suspendiera ese día los vuelos a su territorio de Rwandair -aerolínea de bandera ruandesa- en protesta por el supuesto apoyo de Ruanda al M23, respaldo que niega Kigali.
Asimismo, las autoridades de la RDC han citado al embajador de Ruanda acreditado en el país para notificarle “la desaprobación total del Gobierno congolés”.
Las FARDC recuperaron esta semana varias localidades tomadas por el M23, tras intensos combates en el noreste del país.
El M23 se creó el 4 de abril de 2012, cuando soldados de las FARDC se sublevaron por la pérdida de poder de su líder, Bosco Ntaganda, procesado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra, y debido a supuestos incumplimientos del acuerdo de paz del 23 de marzo de 2009, que da nombre al movimiento.
El grupo exigía renegociar ese acuerdo firmado por la guerrilla congoleña Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) para su integración en el Ejército, a fin de mejorar sus condiciones.
El CNDP, formado principalmente por tutsis (etnia que sufrió en gran medida el genocidio de Ruanda a manos de los hutus en 1994), se constituyó en 2006 para -entre otros objetivos- combatir a los hutus de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), grupo refugiado en las selvas del Congo tras el genocidio.
El M23 ocupó en 2012 durante dos semanas Goma, capital de la provincia nororiental congoleña de Kivu del Norte, pero la presión internacional le forzó a retirarse y empezar negociaciones de paz con el Gobierno de Kinshasa.
El este de RDC lleva más de dos décadas sumido en un conflicto avivado por milicias rebeldes y los ataques del Ejército, pese a la presencia de la misión de paz de la ONU (MONUSCO), que tiene más de 14.000 efectivos. EFE