Manuel Ayala
Tijuana (México), 28 ago (EFE).- Activistas en la mexicana ciudad fronteriza de Tijuana alzaron la voz para pedir a las autoridades de Estados Unidos que no cierren definitivamente la parte que les corresponde del Parque Binacional de la Amistad, ubicado en la zona costera fronteriza entre ambos países.
Los inconformes argumentan que durante todos estos años el parque —que recientemente cumplió 51 años de haber sido inaugurado por la entonces primera dama Patt Nixon— ha representado “una hermandad” entre México y Estados Unidos y ha sido fundamental para la reunificación de familias que llevan muchos años sin verse, algo que acabaría con el cierre definitivo.
PANDEMIA, PRETEXTO PARA EL CIERRE
El Parque de la Amistad se ha mantenido cerrado desde hace casi tres años debido a la pandemia de la covid-19, pero aún las autoridades estadounidenses siguen sin abrirlo argumentando temas de seguridad interna.
Daniel Watman, miembro de la organización Amigos del Parque de la Amistad y encargado del jardín binacional, dijo a Efe que eso es “una cosa muy fea porque este lugar está designado para la amistad transfronteriza; aquí es donde puede pasar magia y donde las personas de ambos lados se pueden conocer”.
El activista refirió que hace un par de meses las autoridades estadounidenses hicieron saber que se haría el reemplazo del muro que fortifica esa zona, lo cual significaría también cerrar definitivamente ese espacio.
Roberto Vivar, director de la organización Veteranos Deportados, afirmó que les habían dicho que la razón para no abrir el parque era la falta de personal “y ahora con la noticia de que se hará el reemplazo del muro, para nosotros representa que no se piensa abrir de nuevo”.
REUNIFICACIÓN FAMILIAR
Vivar reconoció la necesidad de contar con seguridad en esa zona. Sin embargo, dijo que esto no debe implicar cerrar las puertas a esta comunidad de San Diego y Tijuana.
“Porque no solo son familias que se vienen aquí a reencontrar, sino que representa también una hermandad entre los dos países desde hace muchos años y no podemos permitir que los muros nos dividan”, dijo.
Para Watman, lo que pretenden es hacer unión en lugar de división.
“Más que nada por las familias, porque esa es la población que más venía a este lugar; mamás que no habían visto a sus hijos en 10 o hasta 20 años o abuelos que no conocían a sus nietos aquí podían hacerlo, eso generaba un vínculo y un lazo familiar muy fuerte”, expresó.
María del Prado suele asistir a este parque cada domingo porque es la única manera de tener cerca a su hijo. Ella desde Tijuana se abalanza siempre al muro mientras, a lo lejos, del lado de San Diego, su hijo la saluda a la distancia y hacen una videollamada a través del celular.
“Antes por lo menos nos podíamos tocar aquí, por la reja, con el dedo. Ahora solo un saludo a la distancia, si cierran esto nos van a quitar esa posibilidad de sentirnos cerca”, dijo.
PAUSA PARA EL DIÁLOGO
Según Watman, actualmente están haciendo una invitación para que la gente se una a la petición de no cerrar el parque.
Al momento, la organización logró que se hiciera una pausa en las acciones que había considerado el Gobierno estadounidense para poder sostener un diálogo con quienes se oponen al cierre y entablar acuerdos.
“Hicimos mucho ruido”, dijo Watman, quien ahora se está encargando de convocar a personas, activistas y otros grupos culturales, ambientales, de arquitectos y demás para dialogar.
“También estamos invitando a la Patrulla Fronteriza para que todos contribuyan y se llegue a un acuerdo positivo para la comunidad”, concluyó. EFE