- Columna Sena de Negros por: Dionel Sena
A pesar del sinnúmero de ocasiones que tanto Marko Cortés como Jesús Zambrano juraron y perjuraron que con el PRI, ni a la esquina, al final, ambos dirigentes decidieron doblar las manos ante la seducción de Alejandro Moreno Cárdenas que le bastó asistir a una marcha en defensa del INE, para ganarse la confianza de sus homólogos y cristalizar, una vez más, la coalición “Va Por México”, pero ahora, en el Estado de México y Coahuila, casualmente, dos de los últimos bastiones electorales del Revolucionario Institucional en todo el país, de ahí la premura de “Alito” de buscar ganar algo en su errática gestión, en donde sólo ha cosechado una victoria, con candidato propio, y ese fue Durango y en mucho, gracias a la candidatura de Esteban Villegas Villarreal, por lo que lo más seguro, es que buscaran replicar ese mismo modelo de campaña en ambas entidades, lo que en definitiva, no será sencillo de lograr.
Los tres partidos políticos en mención, saben lo mucho que se necesitan para poder ser competitivos no solo en el 2023, sino también en el 2024, por lo que se puede decir que quien los terminó uniendo, fue quien despacha en Palacio Nacional, quien se ha jactado de que esa tríada no tiene gallo para la sucesión y que Morena y sus aliados, les pasaran por encima, de ahí que quizá sea por ello, que esos líderes reconsideraron su posición y dejaron atrás aquel episodio en el que el PRI, respaldó la iniciativa presidencial de extender la presencia del ejército en las calles, hasta el 2028, una afrenta que parecía imperdonable, bueno al menos así parecía, pero hoy, es más la conveniencia de ir juntos que recordar el pasado, por lo que no batallaron para ponerse de acuerdo.
Es un hecho que tanto en el Estado de México como en Coahuila, será el PRI el que lleve mano en las candidaturas a gobernador, de hecho, ya están los cuadros perfilados y solo esperan que se lleguen los tiempos para hacer los anuncios oficiales, a los cuales, deberán ajustarse tanto Acción Nacional como el Partido de la Revolución Democrática, pues será hasta el 2024, cuando les haga justicia la revolución, en cuanto a algunas candidaturas, en especial, en aquellos estados que aún gobiernan, al parecer ese es el acuerdo al cual llegaron tanto Marko Cortés como Jesús Zambrano con Alejandro Moreno Cárdenas, este último, por cierto, terminaría su gestión en agosto del próximo año, por lo que será interesante saber si su relevo, cumple todos los acuerdos que hoy en día se están signando.
Por lo anterior, es oficial que la batalla por Coahuila y el Estado de México, será campal y sin dar ni pedir cuartel, pues para muchos, será un verdadero laboratorio electoral para el 2024, pues si bien es cierto, en este momento, la oposición no cuenta con los números ni los cuadros suficientes como para ganarle la elección de la sucesión presidencial a Morena, es innegable que si pueden ofrecer contrapesos con buenas candidaturas, para hacerse del mayor número de curules tanto en la cámara baja como en la alta, lo que les permitiría un equilibrio de poderes ante lo que pueda pasar en las elecciones presidenciales, pues al final, el que controla el poder legislativo, controla prácticamente todo y eso ya lo vivió en su momento Vicente Fox, en el año 2000, en donde a pesar de la victoria que sacó al PRI de los Pinos, jamás pudo ponerle su sello a su administración y terminó pasando con más pena que gloria por esa responsabilidad, difícilmente pasará lo mismo, pero aún así la coalición “Va Por México” lo va a intentar.
