Ciudad de México.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) realizó un estudio de mercado respecto a la variación de precios que registran los alimentos tradicionales que se consumen en las cenas de Navidad y Año nuevo. La variación promedio en precios es de 60%, considerando la disyuntiva de celebrar en casa o en un restaurante.
Celebrar la cena de Navidad y Año nuevo en casa, para una familia de 10 a15 personas, costó en 2022 $7,800 en promedio y en 2023, $11,700. La variación general es del 50% y del 60% en los alimentos. El ticket promedio por persona para festejar en 2022 en un restaurante familiar con platillos típicos como pasta, lomo, guarnición, ensalada de manzana y alguna bebida fue de $800 mientras que en 2023 costará $1,100 en promedio.
En un restaurante de especialidad, donde los alimentos son más elaborados, tuvo un costo en 2022 de $1,200 y este año será de $1,500. En un restaurante gourmet, con una cena que incluye otros tipos de carne como salmón o cortes más caros, el ticket promedio osciló en $1,500 el año anterior mientras que este año en $1,800.
La variación promedio es de hasta el 40%. Aunque cada vez se realizan menos posadas y en su lugar se hacen los intercambios navideños, siguen siendo parte de estas fiestas. El gasto para una posada tiene una variación general de precios del 50%, en donde se incluyen elementos como la piñata, la comida a base de “vitamina T”, bebidas, botanas y decoraciones.
La conclusión obvia es que ya ni hacerlo en el hogar es asequible, por lo que la mejor opción no es tan solo celebrar en casa, sino que el festejo debe ser “de traje”, que no es otra cosa que hacerlo en colaboración y que todos los invitados se comprometan a llevar parte de la cena, ya sea alimento o bebidas para prorratear el gasto en dos o tres núcleos familiares. Esto es la mejor forma de sobrellevar este gasto extraordinario en los mejores términos posibles para la economía familiar.
“Sin duda las fiestas decembrinas 2023 serán más caras que el diciembre pasado y eso plantea un reto, celebrar sin endeudarse, reto nada menor, pero hay que intentarlo. La estrategia que debemos buscar es romper con las inercias clásicas de terminar la celebración en las casas de empeño y empezar el año con dolores de cabeza al acarrear deudas de las fiestas de diciembre a un enero frío y con precios elevados, para luego enfrentar la cuesta de enero con poco dinero y, además, endeudados. El reto es hacer lo posible para que esto no ocurra. Más allá de ello, ANPEC desea que estas celebraciones sean el pretexto para unir más las familias, para resolver desencuentros y propiciar reencuentros”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.