
Silvia, vecina de la colonia Centro, denunció un caso de abuso físico y sexual que sufre una de sus inquilinas por parte de su padrastro.
Chepina, una joven de 32 años, lleva imposibilitada para moverse durante meses, recibiendo medicamento controlado por supuestas convulsiones.
“El señor me pidió le rentara el local para su negocio y un cuarto para su hija. En marzo me pidió que me hiciera cargo de ella por un mes porque trabajaría en las campañas. Ahí fue que me di cuenta como vivía”.
Afirmó que, al confrontar el hombre, este le contó que la madre de Chepina falleció recientemente y le era muy difícil sobrellevar la situación solo y con poco dinero.
Sin embargo, hace tres semanas ocurrió un incidente cuando una persona que caminaba por el lugar se dio cuenta de los golpes y tocamientos que le hacía el hombre a su hijastra.
“El testigo trabaja en Fiscalía, él fue quien presionó a los policías a detenerlo, porque no se lo querían llevar. Al final lo soltaron en 24 horas”.
Silvia relata que, tras indagar un poco, se supo que este señor conoció a la madre de Chepina en Tambitos, dónde vivía hasta hace poco y en donde obligaba a ambas a mendigar.
“Nos dicen que le daba medicamento controlado a la madre de Chepina también para abusar de ella. No sabemos de dónde saca la medicina”.
Lamentó que ni el DIF municipal ni el estatal quisieran ayudarla, pues cuando fueron a ver la situación dijeron que no pasaba nada; “por la edad no es asunto de ellos, dijeron. Tampoco en el Centro de Justicia para la Mujer pude poner denuncia, porque no soy familiar directo de ella”.
La denunciante pide el apoyo de la autoridad o de alguna organización social para darle a Chepina el tratamiento que necesita para estar mejor, pues ni los colectivos feministas han querido tomar el caso.



